6 de Diciembre de 1961
TÍTULO ORIGINAL
El Cid
DIRECCIÓN
Anthony Mann
PRODUCCIÓN
Samuel Bronston
GUION
Philip Yordan, Fredric M. Frank, Ben Barzman
Philip Yordan, Fredric M. Frank, Ben Barzman
REPARTO
Charlton Heston (Don Rodrigo Díaz
de Vivar, El Cid), Sofia Loren (Doña Jimena), Herbert Lom (Ben Yusuf), Raf
Vallone (García Ordóñez), Geneviève Page (Doña Urraca), John Fraser (Alfonso
VI), Douglas Wilmer (Al-Mu’tamin), Frank Thring (Al-Kadir), Michael Hordern
(Don Diego), Andrew Cruickshank (Conde Gormaz), Gary Raymond (Principe Sancho),
Ralph Truman (Rey Fernando), Massimo Serato (Fáñez), Hurd Hatfield (Arias),
Tullio Carminati (Al-Jarifi), Fausto Tozzi (Dolfos), Christopher Rhodes (Don
Martín), Carlo Giustini (Bermúdez), Gérard Tichy (Rey Ramiro), Barbara Everest
(Madre Superiora)
CINEMATOGRAFÍA
Robert Krasker
MÚSICA
Miklós Rózsa
Miklós Rózsa
DISTRIBUCIÓN
Allied Artists
Allied Artists
DURACIÓN
184 minutos
184 minutos
AL-MU’TAMIN: “Lo juro. Nosotros
tenemos un nombre que aplicamos al guerrero que tiene la valentía de ser
misericordioso. A tal hombre le llamamos El Cid. Yo Mu’tamin, Emir de Zaragoza,
juro eterna amistad al Cid de Vivar y fidelidad a su señor y soberano Fernando,
rey de Castilla. Permita Alá que queden sin luz mis ojos y mi carne sin huesos
si llego a romper este juramento, en el nombre de Alá.
EL CID: “Tomo posesión de
Valencia en nombre de mi soberano y señor Alfonso, Rey de Castilla, León y
Asturias, de Sagunto y de Almenara, de Castrejón y de Alcántara, Rey de moros y
cristianos. ¡Valencia por Alfonso, Rey de España, por la gracia de Dios!
AL-MU’TAMIN: “Dios, que buen
vasallo, si tuviese buen señor.”
Dirigida por Anthony Mann y producida por Samuel
Bronston, la película es una adaptación histórica de la vida del mítico
caballero conocido como Don Rodrigo Día de Vivar, más conocido como El Cid.
Siendo una producción de gran escala, con grandes escenarios y batallas,
también se quiso poner hincapié en el romanticismo alrededor de la relación
entre El Cid y Doña Jimena, quien se convirtió en su esposa. Para interpretar a
ambos personajes se contó con Charlton Heston y Sofia Loren. Para adaptar la
historia al guion, se contó con el famoso historiador español Ramón Menéndez
Pidal, toda una autoridad en El Cid y la España de la Era Medieval. También
ayudó a Charlton Heston dándole consejos sobre cómo interpretar al Cid. El
famoso naturalista Felix Rodriguez de la Fuente también a la hora de hacer uso
de rapaces y otras aves.
Sophia Loren recibió un sueldo de doscientos mil dólares
por diez semanas de trabajo. El productor Samuel Bronston también accedieron
pagar doscientos dólares semanales a su peluquero.
Charlton Heston y Sophia Loren chocaron desde el mismo comienzo del rodaje, lo cual estableció una pésima relación durante el resto de la producción. Se llegó a rumorear que en parte se debía a que el actor cobraba menos que la actriz. Tiempo después, Heston declaró lamentar la forma en la que se había comportado con Loren durante el rodaje. Con la perspectiva del tiempo admitió haberse comportado de forma poco justa y profesional con la actriz, deseando haber sido más amable y menos cabezota. De forma inesperada, Charlton Heston tampoco quedó muy impresionado con la película. En su autobiografía de 1995, “In the Arena”, sugirió que el resultado hubiera sido mejor si en lugar de Anthony Mann, William Wyler se hubiera encargado de la dirección.
Charlton Heston y Sophia Loren chocaron desde el mismo comienzo del rodaje, lo cual estableció una pésima relación durante el resto de la producción. Se llegó a rumorear que en parte se debía a que el actor cobraba menos que la actriz. Tiempo después, Heston declaró lamentar la forma en la que se había comportado con Loren durante el rodaje. Con la perspectiva del tiempo admitió haberse comportado de forma poco justa y profesional con la actriz, deseando haber sido más amable y menos cabezota. De forma inesperada, Charlton Heston tampoco quedó muy impresionado con la película. En su autobiografía de 1995, “In the Arena”, sugirió que el resultado hubiera sido mejor si en lugar de Anthony Mann, William Wyler se hubiera encargado de la dirección.
La película fue rodada principalmente en localizaciones
de España, aunque algunas escenas fueron rodadas en estudios de Roma para
conseguir el estatus de coproducción. Ampudia sirvió de escenario para la aldea
atacada al principio de la película, Torrelobatón de escenario para Vivar,
hogar de El Cid.
El Castillo de Belmonte aparece como ubicación de Calahorra; Peñíscola y el Castillo Bamburgh fueron escogidos para ser la ciudad de Valencia. No fue hasta ver la película completa en el estreno, cuando Miklós Rózsa descubrió que un veinte por ciento de su banda sonora había sido eliminada. Tras este incidente, Rózsa se negó a componer otra banda sonora para el productor Samuel Bronston. La película recibió tres nominaciones a los Oscar por Mejor Diseño de Producción, Mejor Banda Sonora y Mejor Canción. No consiguió ninguna estatuilla perdiendo en la primera categoría contra “West Side Story”, y en las dos siguientes contra “Desayuno con Diamantes”.
El Castillo de Belmonte aparece como ubicación de Calahorra; Peñíscola y el Castillo Bamburgh fueron escogidos para ser la ciudad de Valencia. No fue hasta ver la película completa en el estreno, cuando Miklós Rózsa descubrió que un veinte por ciento de su banda sonora había sido eliminada. Tras este incidente, Rózsa se negó a componer otra banda sonora para el productor Samuel Bronston. La película recibió tres nominaciones a los Oscar por Mejor Diseño de Producción, Mejor Banda Sonora y Mejor Canción. No consiguió ninguna estatuilla perdiendo en la primera categoría contra “West Side Story”, y en las dos siguientes contra “Desayuno con Diamantes”.
Siempre me han encantado estas antiguas superproducciones de
Hollywood, y como fui educado en un colegio fundado por la hija de Menéndez
Pidal, aprendí mucho sobre “El Cantar de Mío Cid”.
De hecho, era una obra en que los Menéndez Pidal habían realizado numerosos estudios, y como es de esperar pude beneficiarme de dichos conocimientos en mi colegio. Que la película no es perfecta es algo evidente, pero tampoco creo que haya sido tratada con demasiada justicia. Independientemente de todo esto, creo que Charlton Heston realizó un trabajo sobresaliente a la hora de interpretar al histórico personaje. Voy a ser sincero y confesar que nunca he sido un gran fan de Sophia Loren. Creo que es una mujer de extraordinaria presencia y belleza, pero en esta película me pareció que estaba sobreactuada. Tampoco vi demasiada química entre ambos, pero esto quizás se debiera a la mala química que existía entre ambos.
De hecho, era una obra en que los Menéndez Pidal habían realizado numerosos estudios, y como es de esperar pude beneficiarme de dichos conocimientos en mi colegio. Que la película no es perfecta es algo evidente, pero tampoco creo que haya sido tratada con demasiada justicia. Independientemente de todo esto, creo que Charlton Heston realizó un trabajo sobresaliente a la hora de interpretar al histórico personaje. Voy a ser sincero y confesar que nunca he sido un gran fan de Sophia Loren. Creo que es una mujer de extraordinaria presencia y belleza, pero en esta película me pareció que estaba sobreactuada. Tampoco vi demasiada química entre ambos, pero esto quizás se debiera a la mala química que existía entre ambos.
Ahora bien, hay escenas memorables, y debo comenzar con la
indispensable Jura de Santa Gadea, que me pareció muy emocional, cargada de
tensión, e interpretada de forma excelente tanto por Heston como por John Frase
en el papel del Rey Alfonso. Es cierto que eché de menos el momento del
destierro de forma más fiel al cantar, con ese polvo, sudor y hierro y
sensación de desesperanza.
Al mismo entiendo que se potenciara el momento romance con Jimena, pues a fin de cuentas el elemento romántico era importante para la producción. La batalla de la toma de Valencia me pareció apoteósica, digna de una producción de estas dimensiones. El final también tuvo la misma capacidad de impacto, en el que señalaría ese silencio mientras el cuerpo sin vida del Cid es escoltado por Alfonso y Mu’tamin, para luego dar a esa carga final contra el ejército invasor.
Al mismo entiendo que se potenciara el momento romance con Jimena, pues a fin de cuentas el elemento romántico era importante para la producción. La batalla de la toma de Valencia me pareció apoteósica, digna de una producción de estas dimensiones. El final también tuvo la misma capacidad de impacto, en el que señalaría ese silencio mientras el cuerpo sin vida del Cid es escoltado por Alfonso y Mu’tamin, para luego dar a esa carga final contra el ejército invasor.
Es cierto que este tipo de producciones comenzaron a ser cada vez
más caras, proporcionando más pérdidas que beneficios. Quizás por eso dejaron
de existir en esta década, o por lo menos de proliferar tanto. Creo que
“Cleopatra” (1963), fue el ejemplo definitivo de esta realidad. Pero es
precisamente por el esfuerzo que conllevaban, que a día de hoy son considerados
clásicos magistrales, donde el esfuerzo humano no era reemplazado por la
tecnología actual.
Perteneciente a la dinastía Almorávide, Yusuf ha convocado a todos
los Emires de Al-Ándalus en el año 1100. Yusuf condena a aquellos Emires que
desean vivir pacíficamente con los cristianos, ya que su sueño es la conquista
del mundo Islámico sobre toda España. Los Emires regresan a España con nuevas
órdenes para reasumir las hostilidades contra el mundo cristiano, mientras
Yusuf prepara su ejército para una invasión a gran escala. Tiempo después, Don
Rodrigo Díaz de Vivar se haya de camino para casarse con su prometida Doña
Jimena, cuando se ve involucrado en una batalla para rescatar a una ciudad
española del ataque de un ejército moro. Dos Emires de Valencia, Al-Mu’tamin y
Al-Kadir, son capturados durante la batalla. Rodrigo se muestra más interesado
en preservar la paz que en la venganza, por lo que escolta a sus prisioneros
hasta Vivar, donde les libera bajo juramento de que nunca alzaran sus espadas
contra las tierras del Rey Fernando de Castilla. Los Emires le otorgan el
nombre de El Cid, por su valor y misericordia, y le juran lealtad.
Sin embargo, Rodrigo es acusado de traición por el Conde Ordóñez, que siempre ha deseado a Jimena.
Sin embargo, Rodrigo es acusado de traición por el Conde Ordóñez, que siempre ha deseado a Jimena.
Rodrigo es sometido a juicio ante la corte, donde el propio padre
de Jimena y paladín del rey, el Conde Gormaz, apoya la acusación de traición de
Ordóñez. Don Diego, padre de Rodrigo y de edad avanzada, le acusa de mentiroso
ante los presentes, por lo que Gormaz le reta a un duelo ofendiéndole al
golpearle con su guante. En privado, Rodrigo le implora a Gormaz que se
disculpe ante el ya anciano Don Diego para evitar el duelo, pero el orgulloso
Gormaz se niega a hacerlo. Esto obliga a Rodrigo a enfrentarse a Gormaz en
duelo, acabando con su vida. Jimena es testigo de esto, y su padre le ruega que
le vengue, justo antes de morir. Debido a esto, Jimena expresa su odio hacia
Rodrigo, poniendo fin a su relación. Cuando un rey rival a Fernando exige la
ciudad de Calahorra, Rodrigo se muestra voluntario para ser el paladín de
Fernando, al haber matado a Gormaz.
Rodrigo se enfrenta en combate al paladín del rival de Fernando, ganando la ciudad y probando su inocencia, ya que Dios ha estado con él durante la lucha.
Rodrigo se enfrenta en combate al paladín del rival de Fernando, ganando la ciudad y probando su inocencia, ya que Dios ha estado con él durante la lucha.
Convertido en el nuevo paladín del Rey Fernando, Rodrigo es
enviado a recaudar los impuestos que varios vasallos moros se están negando a
pagar. Antes de partir, solicita a Jimena en matrimonio, ya que el haber matado
a su padre es responsable de mantenerla. Sin embargo, Jimena le promete al
Conde Ordóñez que se casará con él si acaba con la vida de Rodrigo durante la
misión. Ordóñez prepara una trampa para Rodrigo, pero termina siendo capturado
por Al-Mu’tamin, a quien Rodrigo perdonó la vida. Harto de venganzas y
violencia, Rodrigo le perdona la vida al Conde, y regresa a casa para casarse
con Jimena. El matrimonio no es consumado ya que Rodrigo se niega a tocar a
Jimena, hasta que ella no le corresponda con amor. Jimena revela su ardid con
Ordóñez y se retira a vivir en un convento. A la muerte del Rey Fernando su hijo menor Alfonso le comunica a
su hermano mayor que su padre deseaba dividir el Reino entre sus tres hijos.
Sancho heredaría Castilla, Alfonso heredaría Castilla y León; y Urraca heredaría Calahorra. Sancho se niega a este reparto, ya que como heredero primogénito no aceptará menos que todo el Reino sin dividir. Después de un enfrentamiento entre los hermanos a cuchillo en mano, Sancho derrota a Alfonso y lo envía a ser recluido en Zamora. Rodrigo, que ha jurado proteger a todos los hijos del rey, logra derrotar a los guardias de Sancho y lleva a Alfonso junto a su hermana Urraca en Calahorra. Al enterarse, Sancho acude a Calahorra para exigir a Urraca que le entregue a Alfonso, pero ella se niega. Rodrigo no puede tomar partido en la disputa, pues su juramento le obliga a servir a los tres hermanos sin distinción. Por su parte, Yusuf llega a la fortificada ciudad de Valencia en la costa, donde planea que llegue su ejército. Para debilitar a sus enemigos españoles, contrata a un antiguo guerrero de Fernando llamado Dolfos, para que asesine a Sancho. Su plan es que la sospecha del asesinato caiga sobre Alfonso, para crear aún más división entre sus enemigos.
Sancho heredaría Castilla, Alfonso heredaría Castilla y León; y Urraca heredaría Calahorra. Sancho se niega a este reparto, ya que como heredero primogénito no aceptará menos que todo el Reino sin dividir. Después de un enfrentamiento entre los hermanos a cuchillo en mano, Sancho derrota a Alfonso y lo envía a ser recluido en Zamora. Rodrigo, que ha jurado proteger a todos los hijos del rey, logra derrotar a los guardias de Sancho y lleva a Alfonso junto a su hermana Urraca en Calahorra. Al enterarse, Sancho acude a Calahorra para exigir a Urraca que le entregue a Alfonso, pero ella se niega. Rodrigo no puede tomar partido en la disputa, pues su juramento le obliga a servir a los tres hermanos sin distinción. Por su parte, Yusuf llega a la fortificada ciudad de Valencia en la costa, donde planea que llegue su ejército. Para debilitar a sus enemigos españoles, contrata a un antiguo guerrero de Fernando llamado Dolfos, para que asesine a Sancho. Su plan es que la sospecha del asesinato caiga sobre Alfonso, para crear aún más división entre sus enemigos.
Sancho es apuñalado por la espalda por Dolfos, y Rodrigo solamente
llega a tiempo de verle morir. Rodrigo sospecha que Alfonso es responsable de
la muerte de Sancho, y cuando es coronado único rey, le hace jurar ante todos
que no es responsable de la muerte de su hermano. Alfonso realiza el juramento
pero, ofendido por la humillación, decide enviar a Rodrigo al exilio amenazando
de muerte a quien le preste ayuda. Jimena se percata del valor de Rodrigo y de
lo que ha sacrificado, por lo que decide acompañarle al exilio. En el exilio,
Rodrigo se forja una carrera como soldado en tierras extranjeras.
Años después, Rodrigo se ha convertido en un personaje conocido
por todos, que ya le llaman El Cid. Alfonso decide volver a llamarle a su
servicio, para proteger Castilla del inminente ataque del ejército de Yusuf. En
lugar de trabajar directamente con el Rey Alfonso, Rodrigo se alía con los
Emires que han sitiado la ciudad de Valencia. En la ciudad, Al-Kadir ha
quebrado su juramente de lealtad a Rodrigo, para apoyar a Yusuf.
Mientras tanto, Alfonso y su ejército son derrotados por los moros, por lo que el rey decide enviar a Jimena y sus dos hijas, Doña Elvira y Doña Sol, a prisión. El Conde Ordóñez decide rescatarlas y llevarlas a Rodrigo, deseando así poner final a la rivalidad entre ambos y unirse al Cid en la defensa de España. Conscientes de que los habitantes de la sitiada Valencia se mueren de hambre, Rodrigo se gana su lealtad al usar las catapultas para enviar alimentos a la ciudad. Cuando Al-Kadir intenta tomar el control, son sus propios ciudadanos los que terminan por acabar con su vida.
Mientras tanto, Alfonso y su ejército son derrotados por los moros, por lo que el rey decide enviar a Jimena y sus dos hijas, Doña Elvira y Doña Sol, a prisión. El Conde Ordóñez decide rescatarlas y llevarlas a Rodrigo, deseando así poner final a la rivalidad entre ambos y unirse al Cid en la defensa de España. Conscientes de que los habitantes de la sitiada Valencia se mueren de hambre, Rodrigo se gana su lealtad al usar las catapultas para enviar alimentos a la ciudad. Cuando Al-Kadir intenta tomar el control, son sus propios ciudadanos los que terminan por acabar con su vida.
Al-Mu’tamin, el ejército de Rodrigo y los valencianos le ofrecen
la corona de la ciudad al Cid. Sin embargo, él la rechaza y hace que la envíen
a Alfonso. Todavía manipulado por Doña Urraca, Alfonso termina por dejar de
hacerlo y declara que ha llegado el momento en que se comportará como un
verdadero rey. Yusuf llega con su inmenso ejército, pero Valencia es ahora una
barrera que le separa de España.
Antes de comenzar la batalla, es capaz de
capturar a Ordóñez y acaba personalmente con su vida. La batalla comienza, pero
Rodrigo resulta herido en el pecho por una flecha, y es necesario que sea
llevado de regreso a la ciudad para ser atendido. Los médicos le informan que
pueden extraer la flecha y salvarle la vida, pero que estará incapacitado
durante largo tiempo tras la operación. Al no estar dispuesto a abandonar a su
ejército en el momento más crítico de la batalla, Rodrigo consigue que Jimena
le prometa dejar la flecha en el pecho para que pueda cabalgar a la batalla,
aunque muera en el intento.

Justo en momento, el Rey Alfonso llega a Valencia y le implora
perdón a El Cid arrodillándose ante él. Rodrigo no está dispuesto a que su Rey
se arrodilla ante él, y le asegura que está tranquilo al saber que España tiene
un buen rey. Rodrigo perece y sus aliados honran su deseo de participar en la
batalla, logran colocar su cadáver en una armadura y amarrarlo a su caballo. De
esta forma, El Cid parte a la lucha escoltado por el Rey Alfonso y Al-Mu’tamin.
Jimena y las hijas de ambos observan el momento desde la muralla. El ejército
español ataca al de Yusuf, que termina siendo arrollado por el caballo de El
Cid y su ejército, perdiendo la vida. El resto del ejército queda desperdigado
y termina siendo aniquilado por el ejército español con el Rey Alfonso a la
cabeza. Alfonso dedica una oración para que Dios reciba el alma del caballero
más puro que ha existido nunca.
ESCENA
Sin duda alguna, la mítica escena de la Jura de Santa Gadea es la
mejor de toda la película.
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