11 de Diciembre de 1970
TÍTULO ORIGINAL
The Aristocats
DIRECCIÓN
Wolfgang Reitherman
PRODUCCIÓN
Winston Hibler, Wolfgang Reitherman
GUION
Ken Anderson, Larry Clemmons, Eric Cleworth, Vance Garry, Julius Svendsen, Frank Thomas, Ralph Wright
Ken Anderson, Larry Clemmons, Eric Cleworth, Vance Garry, Julius Svendsen, Frank Thomas, Ralph Wright
REPARTO (VOCES)
Eva Gabor (Duquesa), Phil Harris (Thomas O’Malley), Roddy
Maude-Roxby (Edgar), Scatman Crothers (Gato Jazz), Gary Dubin (Toulouse), Liz
English (Marie), Dean Clark (Berlioz), Sterling Holloway (Roquefort), Paul
Winchell (Shun Gon), Lord Tim Hudson (Hit Cat), Vito Scotti (Peppo), Thurl
Ravenscroft (Billy Boss), Pat Buttram (Napoleon), George Lindsey (Lafayette),
Hermione Baddeley (Madame Adelaide Bonfamille), Charles Lane (Georges
Hautecourt), Nancy Kulp (Frou-Frou), Monica Evans (Abigail Locuac), Carole
Shelley (Amelia Locuac), Bill Thompson (Tío Waldo)
CINEMATOGRAFÍA
Inaplicable
BANDA SONORA
George Bruns
DISTRIBUCIÓN
Buena Vista Pictures
Buena Vista Pictures
DURACIÓN
78 minutos
78 minutos
CLÁSICO ANTERIOR:
CLÁSICO SIGUIENTE:
TIO WALDO: “Ustedes no se
imaginan lo que trataron de hacer con su pobre tito, tío Waldo. Vean, vean
esto. Voy a traducir: Ganso de granja al horno relleno de castañas y bañado con
vino del Rin.”
THOMAS O’MALLEY: “¿Bañado? Esta
ahogado diría yo.”
TIO WALDO: “Más prefiero, como
viejo marino, en vez de Rin, Ron. Ron, Ron, Rin, Ran.”
AMELIA LOCUAC: “Ay tío Waldo,
eres muy gracioso.”
DUQUESA: “¿Sabes Thomas? Tus
amigos son encantadores, me simpatizaron muchísimo.”
THOMAS O’MALLEY: “Bueno, son
arrabaleros, les falta educarse. Pero si un día estas en aprietos, son los
primeros en ayudarte.”
DUQUESA: “Como tú. Cuando
estuvimos en peligro nos ayudaste.”
THOMAS O’MALLEY: “Eso fue una
gran suerte para mí, linda.”
DUQUESA: “Muchas gracias por
prestarnos tu casa, digo, tu guardilla. Es muy bonita.”
THOMAS O’MALLEY: “Nada de eso.
Recuerda que este es uno de los barrios más pobres.”
DUQUESA: “O no, es linda. Lo que
necesita es una arregladita, y quizás creo que el toque femenino.”
THOMAS O’MALLEY: “Si tu quisieras
hacer ese trabajo. Vaya, tus ojos si son zafiros deslumbrantes. Poesía barata
¿Verdad?”
DUQUESA: “O no, nada de eso. A
todas las mujeres nos encanta oír esas cosas bonitas.”
Se trata del vigésimo clásico animado de Walt
Disney. La película fue la última en ser aprobada por el propio Walt Disney, y
la primera en ser producida tras su muerte en el año 1966. Se necesitaron
cuatro años para producir la película, y un
presupuesto de cuatro millones de dólares.
La película esta inspirada en una
historia real. En el año 1910, en París, una familia de gatos heredó una
cuantiosa fortuna. Cinco de los legendarios “Nueve Ancianos de Disney”
trabajaron en la película, incluyendo un equipo que había trabajado durante
veinticinco años para la compañía. Originalmente, la película había sido
concebida como una historia dividida en dos partes para la serie de televisión
de acción real “El Mágico Mundo de Disney” (1954-1992). Sin embargo, se terminó
por optar realizar una película, al pensar que el viaje de los gatos de regreso
a Paris, daba mucho juego.
El personaje de Gato Jazz fue diseñado con la intención
de que Louis Armstrong proporcionara su voz. El aspecto del personaje fue
modelado según el aspecto, dentadura y modo de tocar la trompeta del propio
Armstrong. Sin embargo, en el último momento, por razones que se desconocen,
Armstrong decidió abandonar su participación en la película sin haber grabado
una sola línea. Su sustituto fue Scatman Crothers, quien fue dirigido para que
pretendiera ser Armstrong.
Los Hermanos Sherman, Richard M Sherman y Robert B
Sherman, cuyo padre había escrito el éxito “Living in the Sunlight, Loving in
the Moonlight”, lograron convencer a Maurice Chevalier para que interpretara la
canción de la apertura, “Los Aristogatos”, a pesar de haberse retirado.
Eva Garbor y Pat Buttram se encontraban protagonizando la
serie de televisión “Granjero, Último Modelo” (1961-1971), pero esto no les
impidió otorgar sus voces a los personajes de Duquesa y el perro Napoleón
respectivamente. El personaje de Tío Waldo, el ganso inglés, fue el último
papel del actor Bill Thompson, quien fallecería de un ataque al corazón a la
edad de cincuenta y ocho años, poco después del estreno de la película. Thurl
Ravenscroft, voz del Garo Ruso, otorgó su voz a varias atracciones de
Disneyland como “Los Piratas del Caribe”, “La Mansión Encantada”, y otras. Fue
más conocido durante años por otorgar su voz al Tigre Tony de los "Kellogg’s".
Carole Shelley y Monica Evans se encargaron de otorgar
sus voces a las gansos hermanas gemelas Abigail
y Amelia.
Ambas habían interpretado a las igualmente charlatanas hermanas
Cecily y Gwendolyn, en la película, serie de televisión y producción original
de “La Extraña Pareja”. Ambas cooperaron también el siguiente clásico de
Disney, “Robin Hood”, para otorgar sus voces a Lady Marian y Lady Cluck. Los
perros que atacan a Edgar constantemente durante la película recibieron los
nombres de Napoleón y Lafayette, el emperador francés, el nombre francés que ayudó a la revolución
americana.
Esta fue la última película en la que Eric Larson trabajó
como supervisor de animación. Después de este film, se concentró en entrenar a
jóvenes animadores que acudían al estudio durante la década de 1970 y 1980.
Originalmente, se decidió crear una segunda parte que fuera estrenada
directamente en video. La idea era estrenarla en el año 2007, pero un año antes
se optó por cancelar la producción.
Otra gran película de entre los Clásicos Animados de Disney. Si
bien el argumento tiene poco de original, y la trama es más bien simplista y básica.
¿Entonces que hace de este Clásico Animado una gran película? Para mí hay dos
factores evidentes: buenas dosis de humor en escenas memorables, y unas
excelentes canciones.
En lo relativo a las escenas, hay que dar el mérito
correspondiente a un gran elenco de personajes secundarios. Una de las grandes
escenas de la historia de Disney es la que de los gansos. Tenemos dos gansas,
hermanas gemelas, que van a ver a su tío Waldo en París, donde lo encuentran
completamente borracho, ya que lo estaban preparando como plato principal. No
me canso de ver la escena, y cada vez que lo hago me desternillo de la risa.
Con lo políticamente correctos que nos hemos vuelto, dudo que a día de hoy
exista una escena de dibujos animados tan osada. También me pareció formidable
la escena de la persecución de los perros a Edgar. Genial el sentido del oído
de Napoleón.
De nuevo tenemos un villano que se escapa de un destino fatal, y
simplemente termina siendo enviado a África. Aunque debo decir que
probablemente es uno de los villanos que más lástima me dan, pues tiene que ser
un desastre ser segundo heredero de una fortuna, detrás de unos gatos.
La música es formidable, y de entre las canciones cabe destacar la
brillante “Everybody Wants to Be a Cat” (“Todos Quieren ser ya Gato Jazz”).
Siempre me ha sorprendido que la canción no recibiera ni siquiera una triste
nominación. Ahora bien, es posible que no sea objetivo pues soy fanático del
jazz y del blues. Genial la caída del piano a través de cada piso del edificio,
y como los gatos salen de este, todavía tocando sus instrumentos destrozados.
En términos generales, hay ocasiones en las que una historia
simple, con una trama básica, consigue producir resultados excepcionales. En el
caso de “Los Aristogatos” nos encontramos con una película tremendamente
divertida, personajes entrañables, y una música que logra animar a la persona
más apesadumbrada.
HISTORIA (esta sección contiene detalles de la trama y el
argumento)
En París, Francia, en el año 1910, Duquesa es una gata madre de
tres gatitos llamados Marie, Berlioz y Toulouse. La familia de gatos reside en
la mansión de una cantante de ópera retirada llamada Madame Adelaide
Bonfamille. En la mansión también reside el mayordomo Edgar. Una tarde, tras el
habitual paseo en el carruaje tirado por la yegua Frou-Frou, Adelaide hace
llamar a su antiguo amigo y abogado personal, Georges Hautecourt. Georges es
excéntrico, alocado, pero un gran amigo de Adelaide quien declara su intención
de redactar su testamento. En este declara su intención de dejar su fortuna a
sus gatos, quienes la conversaran hasta sus muertes. Tras la muerte de los
gatos, la fortuna pasará a pertenecer a Edgar. El mayordomo escucha la
conversación a través de un tubo de comunicación del servicio que asciende a su
habitación.
Edgar se frustra al ver que los gatos son más importantes que él, y
en lugar de ser paciente, decide que no está dispuesto a esperar a que los
gatos mueran de forma natural; y comienza a planear como acabar con estos para
heredar.
Duquesa se encarga personalmente de educar a Berlioz, Marie y
Toulouse, inculcándoles la importancia de una buena educación para convertirse
en importantes “Aristogatos”. Tras las clases de la tarde, Edgar añade fuertes
somníferos en la comida de los gatos. Estos comparten su cena con el ratón
Roquefort, amigo que reside en la mansión, y todos quedan profundamente
dormidos. Edgar lleva a los gatos a las afueras de París en su motocicleta, y
en un puente es atacado por dos perros llamados Napoleón y Lafayette, quienes
disfrutan persiguiendo a los que acuden al campo. Edgar se ve obligado a
escapar, dejando atrás su sombrero, paraguas, la cesta de los gatos, y el
sidecar de su motocicleta, que son reclamados por Napoleón y Lafayette.
Sin
embargo, su plan ha dado resultado, ya que Duquesa, Berlioz, Marie y Toulouse
han quedado aislados en el campo. Esa misma noche, Adelaide, Frou-Frou y
Roquefort descubren que los gatos han desaparecido.
A la mañana siguiente, Duquesa y los gatitos conocen a Thomas O’Malley,
un gato callejero. Inicialmente, este intenta cortejar a Duquesa y se retira al
ver que tiene tres gatitos. Sin embargo, pronto se da cuenta de que ha obrado
mal, y decide ayudar a la familia a regresar a Londres. Inicialmente, toman una
furgoneta, pero no tardan en ser expulsados por el conductor. Al cruzar un
puente de ferrocarril, Marie cae del mismo ante la llegada del tren. O’Malley
logra salvar a Marie de morir ahogada, y al mismo tiempo es rescatado por dos
gansas, las cuales intentan enseñarle a nadar al no entender que se está
ahogando, llamadas Abigail y Amelia Locuac. Al descubrir que los gatos se
dirigen a París, Abigail y Amelia, quienes proceden de Londres, deciden
acompañarles, pues tienen la intención de visitar a su tío Waldo.
Las dos
gansas guían a los gatos haciéndoles andar al estilo de un ganso.
Al llegar a París, encuentran a Waldo en un restaurante, donde
estaba a punto de ser servido como plato principal, y en consecuencia esta
considerablemente borracho. Amelia y Abigail deciden llevar al tío Waldo a
dormir, y se despiden de los gatos. Marie, Berlioz y Toulouse están agotados
después de la caminata, por lo que O’Malley sugiere que Duquesa y los gatitos
pasen la noche en la guardilla abandonada donde reside. Sin embargo, el grupo
encuentra a un amigo de O’Malley, Gato Jazz, quien está practicando en compañía
de su banda. Todos juntos cantan una canción de jazz, hasta que la banda se retira.
Tras la canción, O’Malley y Duquesa discuten la posibilidad de que
el primero se convierta en padre de los gatitos, y que la familia se quede en
la guardilla. Sin embargo, Duquesa le explica que no pueden dejar sola a Madame
Adelaide, ya que son la única compañía que tiene. Por su parte, Edgar regresa
al campo para recuperar su sombrero, paraguas, la cesta y el sidecar, ya que
son las únicas cosas que pueden incriminarles en el secuestro de los gatos.
Al
hacerlo vuelve a enfrentarse a Napoleón y Lafayette en una nueva persecución. A
pesar de la insistencia de los perros, Edgar consigue recuperar todas sus cosas
y escapar.
A la mañana siguiente, los gatos llegan a la mansión, y O’Malley
se despide de ellos. Al maullar, llaman la atención de Edgar, quien se percata
de que los gatos han regresado. Roquefort se da cuenta e intenta avisarles,
pero Edgar consigue capturar a los gatos en su saco y encerrarlos en un baúl,
el cual planea enviar a Tombuctú, África, para que no puedan regresar. Desde el
baúl, Duquesa le pide a Roquefort que avise a O’Malley. El ratón no hace así, y
O’Malley le envía a por el resto de su pandilla, mientras intenta retrasar a
Edgar.
Roquefort está a punto de ser devorado por los gatos de la banda,
pero cuando revela que O’Malley le ha enviado para que ayuden a salvar a
Duquesa y los gatitos, no dudan en acudir al rescate. Toda la banda de gatos,
con ayuda de Frou-Frou, ataca a Edgar.
Mientras Roquefort consigue abrir el
baúl y liberar a Duquesa y los gatitos. Al final, Frou-Frou golpea a Edgar,
quien cae en el baúl quedando encerrado, y termina ser el enviado a Tombuctú.
Tras esto, Madame Adelaide, quien desconoce el motivo por el que
Edgar ha desaparecido, hace que rescriban el testamento.
Este excluye a Edgar, a quien había terminado por incluir irónicamente, e incluye a O’Malley, quien acaba formando la familia que deseaba junto a Duquesa, Berlioz, Marie, y Toulouse. Madame Adelaide también anuncia que ha decidido fundar una organización de caridad para conseguir un hogar para todos los gatos callejeros de París. O’Malley, Duquesa y los gatitos se unen de nuevo a la banda de jazz para celebrar el evento.
Este excluye a Edgar, a quien había terminado por incluir irónicamente, e incluye a O’Malley, quien acaba formando la familia que deseaba junto a Duquesa, Berlioz, Marie, y Toulouse. Madame Adelaide también anuncia que ha decidido fundar una organización de caridad para conseguir un hogar para todos los gatos callejeros de París. O’Malley, Duquesa y los gatitos se unen de nuevo a la banda de jazz para celebrar el evento.
ESCENA
No solo mi escena mi favorita, sino que además es para mí una de
las mejores canciones de Disney. Y es que: “Todos quieren ser ya gato jazz”.
Los Aristogatos la vi con 10 años en un cine de verano, otro clásico de Disney del que me encanta la canción todos quieren ser gatos jazz y la escena del tío Waldo.
ResponderEliminarEdgar es el menos malo de todos los villanos Disney, me pregunto si no hubiera escuchado el testamento y luego lo hubiera escuchado cuando decidieron ponerlo para que compartiera su fortuna con los gatos si habría compartido o habría sido igual de avaricioso.
Otra pregunta sin respuesta es como una gata tan refinada como Duquesa acabó siendo madre soltera, puede que el padre se desentendiera o que Duquesa fuera viuda, obviamente ignoraron esa parte para centrarse en el romance que surge entre O´Malley y Duquesa.
También los personajes de Napoleón y Lafayette son para troncharse y las escenas con Edgar son buenísimas, y al final de la película me hace mucha gracia cuando Napoleón sale diciendo que el final llega cuando él lo dice y cuando aparece las letras del fin no le queda más remedio que aceptar que llegó el fin.
Adelaida Bonfamille ha cometido un error,cuando dijo a su abogado que dejaría todo su dinero y fortuna a los gatos. Lo malo es que ellos al ser animales no entienden nada y Edgar al ser adulto, aparte de quedarse con el dinero, seguiría cuidando tanto de los gatos, como de la casa
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