FECHA DE ESTRENO
16 de Junio de 1960
TÍTULO ORIGINAL
Psycho
DIRECCIÓN
Alfred Hitchcock
PRODUCCIÓN
Alfred Hitchcock
GUION
Joseph Stefano
Joseph Stefano
Basado en la novela de Robert
Bloch
REPARTO
Anthony Perkins (Norman Bates), Vera Miles (Lila
Crane), John Gavin (Sam Loomis), Janet Leigh (Marion Crane), Martin Balsam
(Detective Milton Arbogast), John McIntire (Sheriff Al Chambers), Simon Oakland
(Doctor Fred Richman), Frank Albertson (Tom Cassidy), Patricia Hitchcock
(Caroline), Vaughn Taylor (George Lowery), Lurene Tuttle (Señora Chambers),
John Anderson (California Charlie), Mort Mills (Policía de autopista)
CINEMATOGRAFÍA
John L. Russell
BANDA SONORA
Bernard Herrmann
DISTRIBUCIÓN
Paramount Pictures
Paramount Pictures
DURACIÓN
109 minutos
109 minutos
SUCEDIDA POR:
Psicosis 2: EL Regreso de Norman
MARION CRANE: “¿Sabe? Si alguna
vez alguien me hablara de la forma que antes oí que le hablaba ella a usted…”
NORMAN BATES: “Muchas veces,
cuando me habla de ese modo, siento unos deseos enormes de enfrentarme con ella
o marcharme, abandonarla para siempre. Pero está enferma. ¿Entiende?”
MARION CRANE: “No saqué esa
impresión.”
NORMAN BATES: “Enferma, no débil.
Desde que murió mi padre tuvo ella que preocuparse de todo. Yo era muy pequeño,
debió de ser un gran un esfuerzo. Creo que no tenía necesidad de trabajar
tanto. Él le dejó algún dinero, además hace unos años mi madre trabó amistad
con un hombre que la convenció para construir esto. No le costó convencerla, y
cuando ese hombre murió sufrió un shock nervioso porque tuvo una muerte… No
creo que sea apropiado contárselo, está comiendo. Ella lo consideró una gran
pérdida, ya nada le quedaba.”
MARION CRANE: “Excepto usted.”
NORMAN BATES: “Un hijo y un
marido son algo muy distinto.”
A película está basada en la novela de Robert Bloch del
mismo título, la cual estaba inspirada parcialmente en el caso del asesino Ed
Gein de Wisconsin. Tanto Gein como el protagonista ficticio de la novela,
Norman Bates, eran asesinos solitarios aislados en localizaciones rurales.
Ambos tenían madres controladoras y dominantes, y mantenían sus cadáveres en un
dormitorio sellado de su hogar, creado como una especie de santuario hacia
ellas; y ambos se vestían como mujeres. Sin embargo, al contrario de Bates,
Gein no es estrictamente considerado un asesino en serie, y fue acusado de
asesinato en solo dos ocasiones.
Peggy Robertson, ayudante de Hitchcock, leyó la crítica
positiva que Anthony Boucher había escrito sobre la novela de Bloch. Por este
motivo decidió mostrarle el libro a Hitchcock, incluso cuando Paramount Pictures
ya había desechado la idea de convertirlo en una película.
Hitchcock quedó
fascinado con la novela y se hizo con los derechos por un total de nueve mil
quinientos dólares, y le ordenó a Robertson que comprara todas las copias de la
novela para mantener ocultas sus sorpresas. Hitchcock comenzaba a verse
enfrentado a competidores en su género, cuyos trabajos eran comparados
críticamente con los suyos. Debido a esto, buscaba material nuevo para
recuperarse de dos proyectos abortados por Paramount. Se mostraba en contra de
las exigencias salariales de las grandes estrellas, y solo confiaba en pocas
personas para escoger material potencia, Robertson entre estas personas.
Los ejecutivos de Paramount se opusieron a la propuesta
de Hitchcock y se negaron a proporcionarle su presupuesto habitual. Como
respuesta a esto, Hitchcock se ofreció a rodar la película rápidamente y sin
grandes gastos, en blanco y negro y usando al equipo de su entonces serie de
televisión “Alfred Hitchcock Presenta”. Los ejecutivos de Paramount rechazaron esta estrategia, asegurando que
sus instalaciones ya estaban reservadas, incluso cuando la industria se enfrentaba a un
desplome.
Hitchcock contraatacó asegurando que financiaría todo el proyecto y
rodaría en “Universal-International”, si Paramount se limitaba a distribuir la
película. Dicha oferta fue aceptada, y Hitchcock siguió adelante a pesar del
rechazo del productor Herbert Coleman y el ejecutivo de Shamley Productions,
Joan Harrison.
El guion fue relativamente fiel a la novela, con algunas
adaptaciones remarcables creadas por Hitchcock y Stefano. En la novela, el
personaje de Norman Bates sufría de sobrepeso, era más inestable todavía y se
encontraba en mediana edad. Stefano consideró que el personaje era indolente y
transmitía nula empatía. Por este motivo, Stefano se mostró intrigado cuando
Hitchcock sugirió a Anthony Perkins para el papel. Stefano eliminó ciertos
aspectos de Bates como su afición a la bebida, lo que evidentemente eliminaba
las transformaciones del personaje en su madre cuando se encontraba borracho.
También eliminó el interés de Bates en el espiritualismo, lo oculto y la
pornografía.
Hitchcock y Stefano decidieron iniciar la película con escenas de
la vida de Marion, y no presentar a Bates hasta que hubieran pasado los
primeros veinte minutos. De hecho la historia de Marion solo ocupa dos
capítulos de los diecisiete de la novela. Hitchcock y Stefano terminaron por
expandir su historia hasta casi la mitad de la narrativa. Para Stefano, una
escena crucial fue la conversación entre Marión y Normal, en la cual la joven
muestra un afecto maternal hacia el joven. Esto hacía posible que los
espectadores mostraran simpatía hacia Norman Bates tras el asesinato de Marion.
En definitiva, Perkins resultó ideal para interpretar al personaje pues
transmitía simpatía y fragilidad, desconcertando al espectador.
El nombre de la protagonista fue cambiado de Mary a
Marion, debido a que una Mary Crane real existía en Phoenix. Otro cambio es el
romance de la novela entre los personajes de Sam y Lila. Hitchcock prefería
enfocar la atención de la audiencia en la solución del misterio, mientras que
Stefano creía que dicha relación dañaría al personaje de Sam Loomis.
En lugar
de que fuera Sam quien le explicara la patología de Norman a Lila, Hitchcock
optó por utilizar a un psiquiatra en la película. Una curiosidad es que Stefano
se encontraba en terapia, solventando su relación con su propia madre, cuando
estaba escribiendo el guion. La novela es más violenta que la película. Por
ejemplo, Crane es decapitada en la ducha en lugar de ser apuñalada. Pequeños
cambios incluyeron cambiar el pendiente de Marion como pista tras su muerte,
por un trozo de papel que no había sido absorbido por la taza del wáter. Esto
provocó un efecto de shock, ya que virtualmente nunca se veía un wáter en el
cine americano en la década de 1960. La ubicación de la muerte de Arborgast fue
trasladada desde el vestíbulo hasta la escalera. Stefano opinaba que este
cambio ayudaba a ocultar la verdad acerca de “Madre”, sin dar pistas a los
espectadores.
El éxito de “Psicosis” propulsó la carrera de Anthony
Perkins, aunque el actor no tardó en empezar a sufrir de encasillamiento.
Sin
embargo, cuando años más tarde se le preguntó a Perkins si todavía habría
escogido el papel de Norman Bates si hubiera sabido que acabaría encasillado,
el actor respondió con una rotunda afirmación. Hasta el día de su muerte, Leigh
continuó recibiendo llamadas, cartas e incluso cintas extrañas y en ocasiones
con amenazas, detallando lo que les gustaría hacer a Marion Crane. Una carta
fue tan grotesca que Leigh se la entregó al FBI. Dos agentes la visitaron e
informaron de que los culpables habían sido localizados y que debía contactar
con el FBI en caso de que recibiera más cartas de ese tipo.
La voz de la “Madre” de Norman fue otorgada por Virginia
Gregg, Paul Jasmin y Jeanette Nolan, quien también proporcionó los gritos de
Lila al descubrir el cadáver de su madre. Las tres voces fueron mezcladas,
excepto para el último discurso en comisaria, en el que solo fue proporcionada
por Gregg. Hitchcock escogió a Anne Dore para ejerciera de doble de Perkins
durante la secuencia de la ducha.
La razón era que el director no quería que el
físico de Perkins traicionara su identidad en ese punto de la película. Dore
llevó el vestido de “Madre” y realizó toda la escena del apuñalamiento.
La película fue nominada al Oscar por Mejor Director,
Mejor Actriz Secundaria, Mejor Dirección Artística en Blanco y Negro, y Mejor
Cinematografía en Blanco y Negro. Sin embargo, no logró hacerse con ninguna
estatuilla.
Si tuviera que escoger dos películas de Hitchcock, la primera
sería “Psicosis”, y la siguiente “Los Pájaros”. Es curioso porque son conceptos
opuestos, la segunda no otorgando ninguna explicación de los eventos, mientras
que “Psicosis” es explicada con detalle al final. El personaje de Norman Bates
siempre me ha parecido fascinante, no tanto por su evidente doble personalidad,
sino por esa fragilidad y aspecto de no romper un plato, resulta encantador. Y
es que la película está llena de extrañas dualidades.
El chico inofensivo es un
asesino, la chica encantadora es una ladrona, el galán de hotel barato resulta
ser un héroe, y así sucesivamente. Por otro lado siempre me ha fascinado como
la película se inicia con una línea argumental, que es abruptamente abandonada
y pasa a carecer de importancia. Evidentemente me refiero al robo del dinero,
que pasa a ser algo carente de importancia en la narrativa. Tres cuartos de
hora tras el comienzo, la trama cambia radicalmente, lo que resulta un sistema
formidable para someter al espectador a mayor confusión.
Independientemente de todas estas genialidades, se agradecen una
serie de escenas memorables para la historia del cine, desde la de la ducha
hasta el descubrimiento de la Señora Bates. La banda sonora es también una de
las más efectivas que he podido ver en una película, elevando considerablemente
los momentos de tensión. Es de agradecer una explicación clara y concisa al
final de la película, que en su totalidad es simplemente una gran obra de arte.
Curioso que Hitchcock tuviera tantos problemas para realizarla.
HISTORIA (esta sección contiene detalles de la trama y el
argumento)
Durante la hora de la comida, Marion Crane se reúne con su novio
Sam Loomis en un hotel barato en Phoenix, Arizona. Tras pasar juntos un rato,
comienzan a conversar sobre la imposibilidad de contraer matrimonio debido a
los costes que esto acarrea. También están cansados de sus encuentros furtivos
en lugares poco “dignos”. Marion regresa a su trabajo, como secretaria, en una
oficina inmobiliaria. Su jefe, el Señor Lowery, llega con un cliente rico
dispuesto a comprarle una casa a su hija por su boda. Para ello, trae cuarenta
mil dólares en efectivo, a pesar de que Lowery le señala que no es la manera
más adecuada de realizar una operación de esas dimensiones. El cliente charla
un rato con Marion, expresando la opinión de que el dinero si puede ser la
llave de la felicidad. Marion recibe la tarea de llevar el dinero al banco, y
se le da permiso para que después se vaya a casa, pues sufre un dolor de
cabeza.
Harta de sus problemas económicos, Marion decide robar los cuarenta mil
dólares y escapar de la ciudad en dirección a California. Sin embargo, al
partir en su coche es avistada por Lowery.
Durante el viaje, aparca en la cuneta para dormir, y es despertada
por un policía que no tarda en percatarse de que Marion tiene algún tipo de
problema. Cuando Marion lo niega, la deja partir, pero la sigue durante un
rato. Marion para en un pueblo, donde decide
cambiar su coche rápidamente por otro, operación que es observada por el
policía que también ha llegado al pueblo. Esa noche comienza a llover, y Marion
se detiene en el Motel Bates, un pequeño negocio decaído debido a la que la
nueva autopista ha provocado falta de clientes. El dueño es el joven y nervioso
Norman Bates, que se muestra amable y la invita a cenar a su casa. Marion oye
una conversación de Bates con su madre, la cual prohíbe que la joven suba a la
casa. Bates cena con Marion en el salón de la oficina del motel, donde confiesa
que su madre está enferma. Cuando Marion le propone que la ingrese, Norman se
enoja explicando que nunca podría hacer eso.
La conversación inspira a Marion a
regresar a Phoenix para devolver el dinero robado. Antes de ir a dormir se da
una ducha, durante la cual la figura de la madre de Norman aparece acabando con
su vida a puñaladas. Al descubrir el cadáver de Marion, Norman lo envuelve en
la cortina de la ducha, lo coloca en el maletero del coche Marion, y lo arroja
para que se hunda en un pantano cercano, para proteger a su madre.
En Phoenix, la hermana de Marion, Lila, y Sam Loomis se muestran
preocupados por su desaparición. Un detective llamado Arbogast les informa de
que Marion es sospechosa de haber robado a su jefe; y tras varias pesquisas
llega al Motel Bates, donde las evasivas de Norman acerca de Marion despiertan
sus sospechas. Un rato después, Arbogast se introduce en la casa en busca de la
madre de Norman para interrogarla, y es asesinado por ella. Temiendo que algo
ha ocurrido, Sam y Lila acuden a Fairvale, donde el sheriff les informa que la
Señora Bates falleció años atrás, así que Arbogast no podía estar a punto de
hablar con ella.
Mientras tanto, Norman traslada a su madre al sótano de la casa
para impedir que cometa más crímenes. Sam y Lila llegan al Motel donde
inspeccionan la habitación en la que estuvo Marion, encontrando un papel con la
cifra robada escrita en el mismo. Sam distrae a Norman mientras Lila se cuela
en la casa para hablar con la Señora Bates. Al descubrir esto, Norman noquea a
Sam y corre a la casa. Lila se esconde en el sótano donde descubre el desecado
y preservado cadáver de la Señora Bates en una mecedora. Norman aparece vestido
como su madre y con una peluca, empuñando un cuchillo para matar a Lila, pero
Sam entra y la salva sometiendo a Norman, que es arrestado.
En comisaria, un psiquiatra examina a Norman, y explica que el
joven asesinó a su madre y amante años atrás, y desarrolló doble personalidad
para borrar el crimen de su memoria. En ocasiones opera como Norman, pero en
otras es controlado por la personalidad de su madre. De esta forma, ese
conflicto mental provocó los celos de la “madre” ante la llegada de Marion,
cometiendo el asesinato bajo el control de esta, y ocultándolo bajo el control
de Norman. El joven es encerrado con la personalidad de su madre ejerciendo
control total sobre él, explicando lo inofensiva que es, y como Norman es en
realidad quien cometió los crímenes. El coche de Marion es localizado en el
pantano.
ESCENA
No podía ser otra, la mítica escena de la ducha. Sin duda una de
las mejores escenas de toda la historia del cine.