FECHA DE ESTRENO
12 de Febrero de 1931
TíTULO ORIGINAL
Dracula
DIRECCIÓN
Tod Browning
PRODUCCIÓN
Tod Browning, Carl Laemmle Jr.
GUION
Garrett Fort
Garrett Fort
Basado en la novela de Bram
Stoker y la obra de Hamilton Deane y John L. Balderston
REPARTO
Bela Lugosi (Conde Drácula), Helen Chandler (Mina
Seward), David Manners (John Harker), Dwight Frye (Renfield), Edward Van Sloan
(Van Helsing), Herbert Bunston (Doctor Seward), Frances Dade (Lucy Weston),
Joan Standing (Enfermera Briggs), Charles K. Gerrard (Martin)
CINEMATOGRAFÍA
Karl Freund
BANDA SONORA
Inaplicable
DISTRIBUCIÓN
Universal Pictures
Universal Pictures
DURACIÓN
85 minutos
85 minutos
CONDE DRÁCULA: “Yo soy Drácula.”
RENFIELD: “Mucho gusto en
conocerle. Nos sé que ha pasado con el cochero ni con mi equipaje. Con todo
esto, yo, yo… creía que me había equivocado de lugar.”
CONDE DRÁCULA: “Le doy la
bienvenida. Escuche, los niños de la noche. ¡Que música la suya! Las arañas
tejen sus telas para cazar moscas. La sangre es la vida, Señor Renfield.”
La novela de Bram Stoker ya había sido adaptada al cine
sin permiso alguno en 1922, bajo el título “Nosferatu el Vampiro”, a manos del
director alemán expresionista Friedrich Wilhelm Murnau. La viuda de Bram Stoker
le denunció por plagió y violación de copyright, y logró ganar el juicio y una
orden para destruir todas las copias de “Nosferatu el Vampiro”. Un joven y
entusiasta productor de Hollywood, Carl Laemmle Jr, también vio el potencial
económico de la obra de Stoker, y logró hacerse con los derechos de la novela
de forma legal. Originalmente, deseaba que “Drácula” se convirtiera en un
espectáculo de gran escala, al estilo de películas mudas como “El Jorobado de
Notre Dame” (1923) o “El Fantasma de la Opera” (1925).
Una adaptación de “Drácula” en Broadway, a manos de Deane
y Balderston, se convirtió en anteproyecto de la película mientras su
producción avanzaba. Los guionistas también estudiaron cuidadosamente la
versión no autorizada de Nosferatu para obtener inspiración para el nuevo
proyecto. Ejemplo de ello fue la escena en la que Renfield se corta el dedo
accidentalmente con un papel en el palacio de Nosferatu, y el Conde intentaba
abalanzarse sobre el dedo para chupar la sangre, antes de sentirse ahuyentado
por un crucifijo. Dicha escena no aparece en la novela de Stoker, y fue
repetida en el nuevo proyecto.
El proceso de casting para determinar el reparto de la
película resultó ser bastante problemático. Inicialmente, Laemmle no estaba
interesado en Bela Lugosi, a pesar de las buenas críticas que había obtenido en
su interpretación del personaje en Broadway en 1927. Laemmle consideró a otros
actores que incluían a Paul Muni, Chester Morris, Ian Keith, John Wray, Joseph
Schildkraut, Arthur Edmund Carewe y William Courtnay.
Lugosi tuvo la buena
suerte de encontrarse en Los Ángeles con una compañía de la obra de teatro,
cuando la película estaba atravesando el proceso de casting. En contra de las
opiniones de todo estudio, Lugosi luchó duramente por hacerse con el papel y al
final logró ganarse a los ejecutivos del estudio, en parte por aceptar el
ridículo sueldo de quinientos dólares semanales, por siete semanas de trabajo.
La producción resultó ser un proceso bastante
desorganizado, con el entonces meticuloso Tod Browning dejando que el
cinematógrafo Karl Freund controlara la mayor parte del rodaje. Esto convirtió
a Freund en una especie de director no acreditado de la película. Las escenas
de los miembros de la tripulación del barco, pasando por dificultades en medio
de una violenta tormenta, fueron tomadas de una película muda de Universal
Pictures, “The Storm Breaker” (1925). La escena había sido rodada a la
velocidad de proyección propia de una película muda, siendo acelerada a
velocidad de película sonora, incluyendo escenas nuevas que incluían a los
personajes de Drácula y Renfield.
El dramatismo histriónico de la obra de teatro también se
reflejó en sus efectos especiales, que se limitaron a uso de niebla y luz
artificiales, asó como grandes murciélagos flexibles. La transformación de
Drácula en murciélago siempre tenía lugar fuera de cámara, y tampoco se
mostraron sus colmillos o las señales en los cuellos de sus víctimas en momento
alguno. La película también fue censurada, y aunque la muerte de Lucy no se iba
a mostrar de forma directa, la escena en la que Van Helsing y Harker visitaban
su tumba fue cortada. La muerte de Drácula tampoco se mostró, y el ataque del
vampiro sobre Harker fue cortado por orden del estudio, el cual señaló que
Drácula solo atacaba mujeres. Por otro lado, la película hizo uso de periodos
extensos de silencio y primeros planos de los personajes para obtener un efecto
dramático. Dicho estilo era propio de las películas mudas a las que el director
Tod Browning estaba acostumbrado, ya que las había dirigido desde 1915. De
hecho el director nunca se llegó a sentir cómodo con películas de sonido, y
solo dirigió unas pocas más, la última en 1939.
Debido a las limitaciones de añadir una banda Sonora a
una película durante la década de 1930, no se compuso ninguna específica para
la película. En lugar de esto, se utilizó música clásica de Tchaikovski, Wagner
o Schubert. Como era habitual en la película se produjo una versión en español
de la película, haciendo uso de los mismos decorados. En dicho caso Carlos
Villarías se encargó de interpretar al Conde Drácula, y George Melford se
encargó de la dirección.
Sin duda se trata de un clásico sobre el señor de los vampiros,
aunque personalmente siempre he considerado que esto se debe a la magistral
interpretación de Bela Lugosi. Siendo un gran fan de Drácula, debo reconocer
que de entre sus clásicos antiguos, “Nosferatu el Vampiro” sigue siendo la
película que más me ha inquietado siempre, y todavía lo sigue haciendo a través
de ciertas escenas.
El problema de este clásico de Bela Lugosi es que no deja de
ser una película en medio de la transición entre el cine mudo y el sonoro.
Evidentemente, con los derechos de la famosa novela en mano, el equipo de
producción consiguió realizar una versión bastante más fiel a la novela, aunque
siguen existiendo diferencias. Más concretamente, el personaje de Renfield
abarca gran parte del papel de Harker en la novela, siendo el abogado enviado a
tratar con Drácula en Transilvania.
La película es una obra maestra, pero desde mi punto depende
demasiado de la sugestión evitando cualquier escena de terror. Este defecto
llega al extremo de convertirla en la única película del vampiro en el que no
se pueden ver sus colmillos en ningún momento. Todo el “terror” depende de la
interpretación de Lugosi, y ni siquiera el personaje de Lucy posee un mínimo
protagonismo. Por otro lado, siempre me ha parecido que los decorados eran
excepcionales, sobre todo para la época. El castillo de Drácula me pareció muy
logrado, sobre todo en la entrada donde el Conde recibe a Renfield.
Sin embargo,
también hay algunas incongruencias, como la presencia de armadillos, nativos de
América, en un castillo de Transilvania. También me gustó mucho la ambientación
de las catacumbas de su residencia en Carfax Abbey, Londres, donde tiene lugar
el enfrentamiento final de la película.
Los efectos especiales son sencillos, pero en este caso no son el
problema, originándose este en una censura propia de la época. Y es que ni
siquiera podemos ser testigos del final del señor de los vampiros. Quizás se
deba a lo que ha afirmado gran parte de la crítica, más concretamente la
inexperiencia de Tod Browning realizando películas con sonido. Sin embargo,
estas deficiencias más que justificables se solventan gracias a la brillante
interpretación de Bela Lugosi, aunque siempre he sido más fan de Christopher
Lee como Drácula. Con otro actor en el proyecto, no me cabe duda de que la
película no habría funcionado.
HISTORIA (esta sección contiene detalles de la trama y el
argumento)
Un abogado llamado Renfield llega a un pueblo de Transilvania, de
camino al castillo del Conde Drácula, donde tiene negocios pendientes con él.
Los habitantes del pueblo le advierten que no deben ir, advirtiéndole de la
existencia de vampiros en el castillo, que se alimentan de la sangre humana. Renfield
considera que todas esas historias son meras supersticiones, y anuncia que
procederá a reunirse con el Conde Drácula. Una habitante de la aldea le regala
un crucifijo, indicándole que le protegerá del mal. Mientras tanto, en el
castillo del Conde Drácula, tres mujeres surgen de ataúdes ante la visión del
Conde Drácula. El cochero lleva a Renfield hasta una encrucijada, donde le
ordena bajar del carruaje arrojando su equipaje. Sin embargo, otro carruaje
aguarda a Renfield, con Drácula haciéndose pasar por el cochero, indicándole
que suba sin murmurar palabra. De camino al sombrío castillo, Renfield observa
como el coche está siendo dirigido por un enorme murciélago, mientras que el
cochero ha desaparecido.
El interior del castillo se encuentra en ruinas, lleno de alimañas
y telas de araña. Allí, Drácula le da bienvenida a Renfield, al que conduce a
sus aposentos a través del destartalado castillo. Ambos llegan a una parte más
acogedora del castillo, donde le ha preparado algo de cenar. Drácula le solicita
el alquiler solicitado para la mansión de Carfax Abbey en Londres, y le
comunica que está listo para trasladarse al día siguiente. Manejando sus
papeles, Renfield se corta un dedo que comienza a sangrar. Drácula se aproxima
a él con una expresión amenazadora, pero no ataca al abogado al ver su
crucifijo. Durante la noche, Renfield se siente mareado y abre una ventana por
la que entra un murciélago. El abogado se desmaya mientras las tres esposas de
Drácula se aproximan a él. Drácula les ordena que se retiren y procede a atacar
a Renfield.
A bordo de la goleta Vesta, de camino a Londres, Renfield se ha
convertido en un esclavo lunático del Conde Drácula, oculto en su ataúd, que
procede a alimentarse de toda la tripulación.
Cuando la goleta llega a Inglaterra,
las autoridades encuentran solamente a Renfield con vida, convertido en un
demente. Renfield es enviado al manicomio del Doctor Seward, junto al lado de
Carfax Abbey. Tras atacar a una joven
florista, Drácula acude a un teatro de Londres, donde se presenta al Doctor
Seward. El Doctor le presenta a su hija Mina, su prometido John Harker, y a
Lucy Weston quien se siente fascinada por el Conde. Esa misma noche, el Conde
Drácula se introduce en la habitación de Lucy Weston, donde se alimenta de su
sangre.
Al día siguiente, y a pesar de recibir varias transfusiones de
sangre, Lucy Weston fallece. Mientras tanto, en el manicomio, Renfield se ha
obsesionado por consumir arañas y moscas. El Profesor Van Helsing analiza la
sangre de Renfield y descubre marcas en el cuello de Lucy, por lo que le hace
saber a Seward que el problema no es otro que la existencia de vampiros que se
alimentan de la sangre de seres humanos.
Van Helsing y Seward se reúnen con
Renfield, que se siente incómodo ante el primero. Renfield le suplica a Seward
que le libere, o tendrá que sentirse responsable de lo que le suceda a su hija.
Al anochecer, Drácula visita el dormitorio de Mina y se alimenta de su sangre,
habiendo comunicado sus intenciones antes a un desesperado Renfield.
Al día siguiente, Mina le explica a Harker un horrible sueño en el
que un hombre terrorífico la atacaba. Van Helsing la visita e inspecciona,
descubriendo dos marcas en su cuello. Justo en ese momento, Drácula aparece
para visitar a la familia. Seward saluda a Drácula y le presenta a Van Helsing,
quien se percata de que el Conde no se refleja en un espejo. Van Helsing le
muestra lo descubierto a Harker, y le muestra el espejo a Drácula quien lo
arroja al suelo enfurecido y se retira tras disculparse ante el Doctor Seward. Tras
su marcha, Harker se percata de que un lobo se está marchando. Van Helsing les
explica a Harker y Seward que Drácula es el vampiro responsable de las últimas
tragedias. Mientras tanto, Mina abandona su habitación y se reúne con Drácula
en el jardín, donde vuelve a ser atacada.
Renfield, que ha escapado del
manicomio, se presenta ante Harker y Seward, a los que comunica que Van Helsing
tiene razón, y que Mina ha vuelto a ser atacada. Una doncella comunica a los
caballeros que Mina se encuentra inconsciente en el jardín, y ambos acuden a
recogerla.
Poco después, los periódicos anuncian que una mujer vestida de
blanco está atrayendo a niños al parque durante la noche, para atacarles. Mina
le comunica a Van Helsing que la mujer de blanco no es otra que la propia Lucy.
Harker desea enviar a Mina a Londres para que se encuentre segura, pero Mina le
convence para que le permita quedarse con Van Helsing. El profesor contrata a
una enfermera para que cuide de Mina en su dormitorio, protegido por acónito, una
planta que repele a los vampiros. Renfield es interrogado, y revela como
Drácula le convenció para ingresar en el manicomio, a cambio de proporcionarle
ratas cuya sangre le otorgarían vida. Mientras Renfield es llevado de regreso
al manicomio, Drácula visita a Van Helsing e intenta atacarle, advirtiéndole
que Mina le pertenece. Sin embargo, Van Helsing le promete que excavara todo
Carfax Abbey hasta encontrar y destruirle.
Drácula fracasa en su intento de
hipnotizar a Van Helsing, quien le obliga a escapar gracias a un crucifijo.
Harker se reúne con Mina en la terraza, y mientras ambos conversan
un enorme murciélago aparece comunicándose con Mina. Tras esto, Mina ataca a su
prometido, pero Van Helsing la espanta con un crucifijo salvando la vida de
Harker. Mina confiesa que Drácula la ha estado acosando y atacando; y que Van
Helsing ha deducido la verdad. Al anochecer, Drácula consigue hipnotizar a la
enfermera que cuida de Mina, para que retire todo el acónito del dormitorio.
Gracias a esto, Drácula es capaz de llevarse a Mina; mientras Harker y Van
Helsing observan como Renfield se dirige a Carfax Abbey. Renfield se reúne con
su amo, mientras Harker y Van Helsing observan la escena, y el joven intenta
apelar a la hipnotizada Mina. Pensando que Renfield le ha traicionado, Drácula
acaba con su vida. Sin embargo, ante el amanecer inminente, Drácula se ve
obligado a refugiarse en su ataúd. Harker y Van Helsing le localizan, y el
joven acude en busca de Nina, mientras Van Helsing acaba con el vampiro
atravesando su corazón con una estaca. Tras la destrucción del Conde Drácula,
Nina queda libre de su control y se marcha con su prometido, mientras Van
Helsing permanece atrás para acabar con los restos.
ESCENA
La llegada de Harker al inquietante castillo de Drácula, donde es recibido por el vampiro.
Vi esta película una noche que la echaron por la tele la verdad que la película no está nada mal y Bela Lugosi hace una interpretación muy buena del personaje pero la película no me produjo ningún miedo, para mi la mejor adaptación que se ha hecho del conde Drácula siempre será la de Francis Ford Coppola y Gary Oldman en el papel de Drácula inolvidable.
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