25 de Noviembre de 1992
TÍTULO ORIGINAL
Aladdin
DIRECCIÓN
Ron Clements, John Musker
PRODUCCIÓN
Ron Clements, John Musker
Ron Clements, John Musker
GUION
Ron Clements, John Musker, Ted Elliott, Terry Rossio
Ron Clements, John Musker, Ted Elliott, Terry Rossio
REPARTO (VOCES)
Scott Weinger (Aladdin), Robin Williams (Genio,
Mercader), Linda Larkin (Princesa Jasmine), Jonathan Freeman (Jafar), Frank
Welker (Abu, Cueva de las Maravillas, Rajah), Gilbert Gottfried (Iago), Douglas
Seale (Sultán), Jim Cummings (Razoul, Farouk), Charlie Adler (Gazeem), Corey
Burton (Príncipe Achmed)
CINEMATOGRAFÍA
Inaplicable
BANDA SONORA
Alan Menken
DISTRIBUCIÓN
Buena Vista Pictures
Buena Vista Pictures
DURACIÓN
90 minutos
90 minutos
CLÁSICO ANTERIOR:
CLÁSICO SIGUIENTE:
GENIO: “Dile la verdad”
ALADDIN: “Ni hablar. Si Jasmine
se entera de que en realidad soy una despreciable rata callejera, se reirá de
mí.”
GENIO: “A lo mejor le gustan los
hombres claros como la luz. Al, bromas aparte mira, lo mejor es que seas tú
mismo.”
ALADDIN: “Eso es lo último que
quiero ser. De acuerdo, iré a verla. Tengo que ser sofisticado, hábil, seguro
de mí mismo. ¿Qué aspecto tengo?”
GENIO: “Pues… de Príncipe.”
En el año 1988, el compositor de letras musicales Howard
Ashman presentó a Disney la idea de crear una adaptación musical sobre Aladdin.
Ashman escribió algunas canciones en cooperación con Alan Menken, así como un
borrador sobre la trama, y un guion fue escrito por Linda Woolverton, quien
había trabajado en “La Bella y la Bestia”. Tras esto, los directores John
Musker y Ron Clements se unieron para producir el proyecto, escogiendo el de
Aladdin de entre otros tres ofrecidos, los cuales incluían “El Lago de los
Cisnes” y el “Rey de la Selva, que con el tiempo se convertiría en “El Rey
León”.
Musker y Clements escribieron un borrador del guion y lo enviaron al
jefe del estudio, Jeffrey Katzenberg en 1991. Katzenberg consideró que el guion
no lograba enganchar, y exigió que todo el guion volviera s ser escrito.
Finalmente, dio luz verde al proyecto cuando Ted Elliott y Terry Rossio
reescribieron el guion.
Entre algunos de los cambios, se eliminó al personaje
de la madre de Aladdin, Jasmine fue diseñada como un personaje más fuerte, la
personalidad de Aladdin se volvió más intrépida, y el personaje del papagayo
Iago se convirtió en uno cómico. Algunos personajes y elementos de la trama
también se basaron en la versión de 1940 de “El Ladrón de Bagdad”, y muchos
elementos de la historia tradicional fueron cambiados para la película. En
lugar de establecer la trama en China, se decidió crear la ciudad ficticia de
Agrabah.
Como muestra de gratitud por su éxito con la película
“Buenos Días, Vietnam”, Robin Williams creó la voz del Genio por solo setenta y
cinco mil dólares, a cambio de su imagen no fuera utilizada en la publicidad, y
que su personaje no ocupara más del veinticinco por cierto del arte
publicitario, ya que su película “Toys” se planeaba estrenar un mes después del
estreno de “Aladdin”.
Por razones financieras, el estudio se echó atrás en el
trato, especialmente en el arte de uno de los posters, en el que el Genio
ocupaba más de una cuarta parte del mismo.
Esto provocó un desencuentro
bastante amargo entre Williams y Disney, y por lo tanto el actor se negó a
ceder su voz para la secuela “El Retorno de Jafar”, y la serie de televisión
basada en la película. Para la tercera película, “Aladdin y el Rey de los
Ladrones”, se utilizó su voz grabada previamente. Cuando Katzenberg abandonó
Disney, fue reemplazado por Joe Roth, quien preparó una disculpa formal y
pública de Disney para Williams.
La película recibió cinco nominaciones a los Oscars, dos
a la mejor canción por “Un Mundo Ideal” y “No Hay un Genio tan Genial”, a la
mejor Banda Sonora, Mejor Sonido y Mejor Montaje de Sonido. Logró hacerse con
el Oscar a la mejor Banda Sonora y mejor canción por “Un Mundo Ideal”.
Otro de los clásicos que vi por primera vez en Estados Unidos
cuando vivía allí, aunque volví a verla con unos amigos al estar de vacaciones
en casa.
El gran punto de la película, desde mi punto de vista, es lo inmensamente
divertida que es, aunque pierde bastante si no se ve en versión original.
Evidentemente, Robin Williams se lleva la palma por crear la voz del
desternillante Genio, aunque siempre me ha encantado el personaje de Iago, que
encuentro igualmente divertido. Curiosamente, es una de esas películas en las
que los personajes secundarios son simplemente geniales, llegando a superar a
los de Aladdin y Jasmine, aunque su historia de amor sea bastante buena. Tanto
el Sultán como el mono Abu también tienen momentos sublimes y francamente
divertidos. Jafar también me pareció un villano formidable, algo que en alguna
de las últimas películas de la factoría se ha perdido y es esencial. La
alfombra mágica también me pareció formidable, ya que se logró representar sus
estados de ánimo, algo inverosímil.
Lo que más me impresionó en su momento fue la excepcional
animación y lista de canciones. Hay escenas magistrales, en especial las del
exterior e interior de la Cueva de las Maravillas, en las que destacaría a
Aladdin escapando en la alfombra mágica, de una enorme ola de lava.
Otro
ejemplo claro fue el de la lucha final entre Aladdin y un Jafar que se
convierte en una Cobra gigante. En términos generales, es una gran película de
acción, con la moraleja de la importancia de ser un mismo. El único defecto que
le encontré fue el uso de bromas basadas en personajes y aspectos de la cultura
americana de la época, que con el tiempo pueden no ser entendidas. Pero esto es
algo mínimo, considerando la gran cantidad de atributos encomiables que la
película contiene.
HISTORIA (esta sección contiene detalles de la trama y el
argumento)
En una noche oscura, Jafar, Gran Visir del Sultán de Agrabah
consigue que un ladrón le entregué la mitad de un escarabajo dorado, con ayuda
de su mascota el papagayo Iago.
Al unir las dos mitades del escarabajo, éste le
conduce a la Cueva de las Maravillas. Jafar le ordena al ladrón que entre para
obtener una lámpara, y a cambio puede quedarse con los tesoros en su interior.
La Cueva, en forma de gigante cabeza de tigre, le advierte que solo un diamante
en bruto, alguien digno, podrá entrar en la cueva.
El ladrón no es digno, y es
devorado por la Cueva. Jafar se percata de que debe encontrar a esa persona
considerada diamante en bruto.
Al día siguiente, en Agrabah, un joven ladrón llamado Aladdin es
perseguido por la guardia del Sultán, tras haber robado una barra de pan. Aladdin
consigue escapar de los guardias, acompañado por su amigo el mono Abu. Sin
embargo, al ver a dos niños hambrientos buscando comida en la basura, Aladdin
decide entregarles la barra de pan. Tras esto, Aladdin observa como otro
pretendiente para la Princesa llega a Agrabah. El pretendiente está a punto de
atropellar a los niños, pero Aladdin les salva ganándose una patada del
pretendiente, que le recuerda que siempre será una rata callejera.
Al día
siguiente, el pretendiente abandona el palacio de Sultán, tras ser atacado por
el tigre de la Princesa Jasmine. La Princesa tiene tres días, antes de su
cumpleaños, para casarse con un Principe debido a una antigua ley, pero Jasmine
sigue rechazando a sus pretendientes deseando casarse por amor. También se
siente prisionera de su vida en palacio.
El Sultán está preocupado por las constantes negativas de Jasmine,
por lo que pide consejo a Jafar. El Gran Visir le pide el místico diamante azul
que lleva para poder ayudarle, e hipnotiza al Sultán para que se lo entregue.
Esa noche, Jasmine escapa de palacio para evitar que sigan dirigiendo su vida. A
la mañana siguiente, Jasmine explora el mercado y le regala una manzana a un
niño, sin entender que tiene que pagarla. Cuando el mercador intenta cortarle
una mano, Aladdin, que se ha quedado prendado de ella, la rescata del mercader
haciéndola pasar por su hermana loca. Mientras tanto, Jafar e Iago utilizan el
diamante para descubrir quién es el diamante en bruto, y la visión resultante
muestra a Aladdin.
El joven lleva a Jasmine a su casa en un edificio derruido,
donde Jasmine le revela que su padre intenta casarla a la fuerza. La atracción
entre ambos es evidente, pero Jafar envía a sus guardias para que le capturen.
Jasmine revela ser la Princesa, pero el Jefe de la Guardia le explica que son órdenes
de Jafar, y no pude desobedecerlos.
De regreso en el palacio, Jasmine se enfrenta a Jafar, quien
explica que el joven ha sido acusado de secuestrarla. Jasmine intenta aclarar
lo que ha sucedido, pero Jafar le explica que Aladdin ya ha sido ejecutado. Esto
provoca que Jasmine se sienta culpable. Sin embargo, Aladdin sigue vivo en
prisión, donde conoce a un anciano que le ayuda a escapar explicándole la
existencia de la Cueva de las Maravillas. El anciano no es otro que Jafar
disfrazado. Aladdin accede y le acompaña a la Cueva de las Maravillas, donde el
joven es considerado digno y consigue entrar. Sin embargo, la Cueva le advierte
que no toque nada excepto la lámpara, precisamente el objeto que le ha
solicitado el anciano. En el interior de la cueva, Aladdin y Abu conocen a una
alfombra mágica, que decide ayudarles a encontrar la lámpara.
Sin embargo,
mientras Aladdin obtiene la lámpara, Abu toca un enorme diamante, y la cueva
comienza a colapsarse emitiendo grandes explosiones de lava. Aladdin y Abu
consiguen llegar a la entrada gracias a la alfombra mágica, donde el anciano
solicita la lámpara antes de ayudarle a salir.
Aladdin se la entrega, pero el
anciano intenta matarle. Abu lo impide, pero ambos caen al interior de la
cueva, quedando atrapados en su interior. En el exterior, Jafar se percata de
que no tiene la lámpara.
Aladdin se recupera, y descubre que Abu le robó la lámpara al
anciano antes de que ambos quedaran atrapados. Al frotarla, un Genio emerge de
la lámpara, explicándole que puede concederle tres deseos, con la excepción de
matar, hacer que alguien se enamore, o resucitar a alguien. Aladdin reta al
Genio explicando que no puede ser tan hábil si tiene limitaciones, declarando
que no podría sacarle de la cueva. El Genio les saca de la Cueva para probar su
poder, y Aladdin le hace saber que no se lo había pedido. El Genio cede, pero
le hace saber que a partir de ese momento los tres deseos tendrán lugar.
Aladdin le pregunta al Genio que pediría, y este le explica que desearía ser
libre de la lámpara. Aladdin le promete que utilizará su tercer deseo para
liberarle, tras lo cual le pide que le convierta en un Principe, para así poder
conquistar a Jasmine. El Genio transforma a Abu en un gran elefante, para que
Aladdin entre en Agrabah como un gran Principe.
En palacio, Jasmine le explica al Sultán lo que ha hecho Jafar. El
Sultán se enfrenta a Jafar por lo sucedido, y el Gran Visir se disculpa
convenciéndole. Jasmine le comunica a Jafar que cuando se Reina, lo primero que
hará será deshacerse de él. Iago le propone a Jafar que consiga casarse con la
Princesa, para así convertirse en Sultán, tras lo cual podrá asesinar tanto a
Jasmine como a su padre. Jafar visita al Sultán y le hace saber que existe una
cláusula de la ley, según la cual si Jasmine no elige pretendiente, y si el
Sultán no encuentra un pretendiente adecuado, la Princesa tendrá que casarse con
el Gran Visir. Ante la duda del Sultán, Jafar le hipnotiza para que acceda,
pero es interrumpido por la espectacular entrada del Príncipe Ali, quien no es
otro que Aladdin.
El Sultán queda impresionado por el Príncipe Ali, mientras
que Jafar le ve como una amenaza. Sin embargo, Aladdin actúa de forma
arrogante, provocando el rechazo de Jasmine.
Por la noche, el Genio le recuerda a Aladdin que debe ser el
mismo, y que debería decirle la verdad. Aladdin no accede y visita a Jasmine y
la invita a un paseo en la alfombra mágica.
Jasmine reconoce los gestos de
Aladdin en el Príncipe y acepta. La pareja viaja por tierras lejanas, y Jasmine
termina por enamorarse del Principe Ali. Tras el paseo, Jasmine revela saber
que el Principe Ali es Aladdin, y este se excusa explicándole que en ocasiones
se viste de plebeyo para escapar de las presiones de palacio. Tras despedirse
con un beso, Aladdin es capturado por los hombres de Jafar, que le encadenan y
arrojan al mar. Allí, Aladdin frota la lámpara y pide su segundo deseo,
logrando ser rescatado por el Genio. En palacio, el hipnotizado Sultán le
anuncia a Jasmine que deberá casarse con Jafar. Aladdin llega a tiempo para
liberar al Sultán, y revelarle que ha sido manipulado por Jafar.
El Gran Visir
se ve obligado a escapar, pero logra ver que el Príncipe Ali tiene la lámpara.
Por su parte, el Sultán se deleita al descubrir que Jasmine ha elegido al
Príncipe Ali.
Aladdin comienza a dudar de su capacidad para ser Sultán, y no
siente listo para liberar al Genio, que queda decepcionado.
Poco después, Iago
consigue robarle la lámpara y llevarla a Jafar. Cuando el Sultán anuncia el
matrimonio de Jasmine y Ali, Jafar pide su primer deseo, ser Sultán de Agrabah.
De esta forma, Jafar se presenta ante el Sultán, Ali y Jasmine como nuevo
Sultán. Jafar pide su segundo deseo, ser el hechicero más poderoso del mundo,
tras lo cual revela que Ali no es otro que Aladdin, un plebeyo pobre y ladrón de
Agrabah ante el Sultán y la Princesa. Tras esto, Jafar envía a Aladdin a una
tierra helada. Sin embargo, la alfombra mágica le lleva de regreso a Agrabah.
Allí, Jafar le pide al Genio que Jasmine se enamore de ella, algo que no es
posible. Sin embargo, Jasmine ve a Aladdin y finge que el deseo se ha cumplido.
Jafar descubre a Aladdin y se convierte en una enorme Cobra, dispuesta a matar
a Aladdin. El joven usa su ingenio para hacerle ver que el Genio siempre será
más poderoso que él. Por ello, Jafar pide su tercer deseo, convertirse en un
Genio. Sin embargo, al obtener ese deseo Jafar se convierte en esclavo de su
propia lámpara, quedando atrapado en ella junto a Iago.
Todo en Agrabah vuelve a la normalidad, y Aladdin utiliza su
último deseo para liberar al Genio de la lámpara. Impresionado, el Sultán
decreta una nueva ley según la cual la Princesa podrá casarse con quien
considere digno. Jasmine elige a Aladdin, y ambos celebran su compromiso
viajando en la alfombra mágica, mientras el Genio parte a explorar el mundo.
ESCENA
Pues no queda otra que escoger la escena de la canción “Un Mundo
Ideal” en la que Aladdin y Jasmine viajan por el mundo, enamorándose.