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miércoles, 28 de agosto de 2013

NUESTROS MARAVILLOSOS ALIADOS

FECHA DE ESTRENO
18 de Diciembre de 1987
TÍTULO ORIGINAL
Batteries Not Included
DIRECCIÓN
Matthew Robbins
PRODUCCIÓN
Ronald L. Schwary
GUION
Mick Garris, Brad Bird, Matthew Robbins, Brent Maddock, S.S. Wilson
REPARTO
Hume Cronyn (Frank Riley), Jessica Tandy (Faye Riley), Frank McRae (Harry Noble), Elizabeth Peña (Marisa Esteval), Michael Carmine (Carlos), Dennis Boutsikaris (Mason Baylor), Tom Aldredge (Sid Hogenson), Jane Hoffman (Muriel Hogenson), John DiSanti (Gus), John Pankow (Kovacs), MacIntyre Dixon (DeWitt), Michael Greene (Lacey), Doris Belack (Señora Thompson), Wendy Schaal (Pamela), Ronald L. Schwary (Louie), Susan Shoffner (Recepcionista), Alice Beardsley (Enfermera), Dick Martinsen (Bombero), Charles Raymond (Hector), John Arceri (Chofer)
CINEMATOGRAFÍA
John McPherson
BANDA SONORA
James Horner
DISTRIBUCIÓN
Universal Pictures
DURACIÓN
106 minutos


FRANK RILEY: “¿Cómo va?”
MARISA ESTEVAL: “Ya ha acabado.”
FAYE RILEY: “Ya soy abuela.”
FRANK RILEY: “Son gemelos. Esto merece un cigarro. ¿Tiene un cigarro?”
MASON BAYLOR: “¿Un cigarro? Esto es historia. ¿Se dan cuenta de lo que es esto? Máquinas que se reproducen a sí mismas, chatarra con inteligencia, metales vivientes.”
FRANK RILEY: “Yo, no sé cómo habéis llegado aquí, o por qué nos habéis elegido. Pero os juramos obediencia, para honraros y protegeros en la salud y en la enfermedad, haga frío o calor, en los buenos y en los malos tiempos, con la ayuda de Dios.”
  
CURIOSIDADES
Originalmente, la idea era que la historia apareciera en la serie de televisión “Cuentos Asombrosos”, pero a Steven Spielberg le gustó tanto la idea, que decidió convertirla en un estreno cinematográfico.
Muchos de los estrenos extranjeros, incluyendo, en Suecia, Finlandia, Francia, Alemania, Italia, Portugal, y países latino americanos, optaron por el título de “Milagro en la Calle Número 8”.
El rodaje comenzó en Nueva York, en agosto de 1986, pero la búsqueda de localizaciones había comenzado casi un año atrás. Debido a que la historia requería una zona rodeada de edificios en ruinas, los productores tuvieron que encontrar un edificio en pie, en medio de varios derruidos. El productor Ronald Schwary explicó que al final optaron por un edificio en la octava calle, entre las Avenidas “C” y “D” del Lower East Side de Nueva York. En la actualidad, el edificio escogido ya no existe, y en su lugar se encuentra la subestación de la agencia de alojamiento, o por lo menos aproximadamente.
El diseñador de producción, Ted Haworth, desarrolló una fachada de edificios de apartamentos de cuatro pisos, y monitoreó su construcción en una localización que ocupaba toda una manzana. Para conseguir autenticidad, trajo entre cincuenta y sesenta camiones llenos de escombros, para cubrir la manzana vacante.
El resultado fue tan realista, que el Departamento de Sanidad apareció y se llevó parte de la basura de atrezo durante una mañana, clientes potenciales pasaron para comer en la cafetería, y agentes de negocios de fontaneros de Nueva York visitaron a lugar, exigiendo saber porque en el City Hall no constaba ningún permiso de construcción.
La escena final, ante de los créditos finales, contiene una visión del progreso de construcción que tiene ligar alrededor de la Cafetería Riley, sin que esta se viera afectada por el surgir de altos rascacielos, de uno en uno, alrededor del pequeño edificio. Los nuevos edificios utilizados en la toma alrededor del café son del “World Trade Center”, aunque ya existían en 1987, año en el que se supone que transcurre la acción. El tráfico de la calle y la gente moviéndose que se puede ver en un pequeño puente, indican una toma rodada en el área del “Trade Center”, pero los rascacielos negros fueron duplicados ópticamente para que ejercieran como contraste contra la pequeña cafetería.
Lo que parece ser el Edificio de Acero de Estados Unidos en One Liberty Plaza, parece ser el primero en aparecer en la toma final. Aunque la escena no contiene una localización verdadera, parece reflejar el Trinity Place, enfocado al norte del Zuccotti Park (actualmente “Liberty Plaza Park”) y el Edificio de Acero en la parte inferior de la derecha.
Los robots fueron creados por la compañía “Industrial Light & Magic”. Curiosamente, en la versión en castellano, los robots carecen de nombre alguno. En la versión original, fueron denominados “Fix-Its”, algo así como “arreglalotodos”. Aunque el origen de los robots no es explicado en la película, comparten algunas de las características de las Sondas von Neumann. Parecen independientes de control exterior, y tienen la habilidad de asimilar pedazos de metal de diferentes fuentes para replicarse y autorepararse. Al principio de la película, el personaje de Frank insiste que las naves proceden de un planeta muy pequeño.
Las maquinas muestran reacciones emocionales en ocasiones. Cuando Mason inspecciona a uno de los robots con una lupa, puede ver lo que parecen pequeñas formas de vida moviéndose en su interior. Dos diferentes escenas muestran como los robots bebés son arrojados a una sopa y a agua respectivamente, sin que sufran ningún daño aparente. Una explicación de esto se basa en el concepto de que como naves espaciales conscientes, están protegidas para el duro ambiente del espacio, como el vacío, la radiación, y otros factores. Los nombres de los tres bebés son Wheems, Jetsam y Flotsam. Los dos adultos, aunque no son nombrados durante la película, se llaman Kilowatt y Carmen.
  
NOTA PERSONAL
Aunque parece perder mucho con la edad, disfruté mucho de esta película cuando la vi como adolescente.
Evidentemente, los robots están muy bien hechos, y resultaban divertidos de ver en distintas situaciones. Sin embargo, como siempre, Jessica Tandy consiguió conmoverme como una dulce mujer anciana, que sufre de demencia senil, y que a lo largo de la película se ve obligada a enfrentarse a la pérdida de su hijo. No sé qué tenía esta brillante actriz, que siempre lograba sorprenderme incluso en historias bastante simples como la de esta película. La evolución de su relación con el matón Carlos, al que inicialmente confunde con su hijo fallecido, me pareció de lo más conmovedora.
Por otro lado, hubo otro aspecto que me encantó en la película. Los personajes que residen en el edificio que corre riesgo de ser derruido son radicalmente diferentes entre sí. Tenemos un artista, una chica soltera embarazada, un antiguo boxeador y una pareja de ancianos. No parecen tener nada en común, sin embargo acaban por formar un pintoresco grupo que acaba muy unido para enfrentarse a las dificultades.
Ese es un mensaje inmortal, y que siempre me ha gustado ver en cualquier tipo de película. Las dificultades unen  a gente que resulta remarcablemente dispar.
Las respuestas emocionales las tenemos en las relaciones que surgen, como es el caso de Mason y Marisa; y la que Harry establece con los pequeños robots. Es cierto que la relación entre Mason y Marisa podría haber sido desarrollada de mejor forma, y que no queda muy claro que ha pasado con Hector, el padre del futuro hijo de Marisa. El personaje del antiguo boxeador sorprende mostrando una fragilidad inusual y capacidad emocional, logrando surgir de su especie de “autismo” gracias a la aparición de los robots.
Como conclusión, a pesar de la simpleza de la película, esta logra funcionar a la perfección combinando mucha comedia, con drama escaso, y algo de ciencia ficción. Siempre es fácil identificarse con personajes emocionales que se ven oprimidos por el poder del dinero.
Es por eso que el secreto de la película no solo el de buenos efectos especiales para la época y buenas dosis de humor, sino por su capacidad de enternecer.
  
HISTORIA (esta sección contiene detalles de la trama y el argumento)
Frank y Faye Riley son una pareja de ancianos que llevan un edificio de apartamentos y una cafetería en el derruido barrio de East Village, que se ven amenazados por una promotora cercana. El director de desarrollo envía a un matón llamado Carlos, y a su banda, para chantajear a la pareja y sus inquilinos para que se muden, ofreciéndoles dinero. Ante la negativa, los matones atraviesan la puerta del artista Mason Baylor, intimidan a la madre soltera embarazada Marisa Esteval, y rompen varios trofeos del boxeador retirado Harry Knoble. Frank Riley sigue negándose a mudarse, por lo que Carlos destroza su cafetería. Aunque Frank intenta denunciar los hechos a la policía, obtiene una negativa, asegurando que no hay nada que hacer, y que el barrio ya está acabado.
Ante los ataques, y la continuada demencia senil de Faye, Frank comienza a contemplar la idea de rendirse. Por su parte, Mason intenta que el edificio sea considerado de interés histórico, pero también fracasa, y su novia le abandona harta de las presiones.
Esa misma noche, un par de pequeñas máquinas vivientes volantes descienden sobre el apartamento de Frank Riley, y comienzan a reparar muchos de los objetos que habían sido destruidos por la banda de Carlos. Los dos robots se instalan en el cobertizo del edificio, donde la demente Faye es la primera en descubrirlos. A la mañana siguiente, los inquilinos se percatan de los destrozos que han sido reparados. Los inquilinos se reúnen en el cobertizo, donde ven varios objetos, y a Faye arrojando chatarra con el propósito de alimentar a los robots. Los vecinos piensan que Faye ha entrado en sus edificios para realizar recambios y reparaciones inexplicables. Sin embargo, pronto descubren la existencia de los robots, quienes prueban su capacidad de reparar objetos con el reloj de Frank.
Mientras los residentes intentan descubrir el origen de los robots, Carlos regresa por el edificio para descubrir que todos los destrozos que había provocado, han sido reparados. Carlos vuelve a amenazar a los residentes del edificio, y resulta atacado por los dos robots, ocultos en distintos objetos que le golpean, obligándole a escapar despavorido del edificio. Los inquilinos descubren que los robots han usado algunos de sus electrodomésticos para realizar mejoras sobre sus estructuras. La siguiente noche, descubren como los robots realizan una especie de cortejo, tras lo cual les entregan extensiones de electricidad para que se alimenten.
Carlos espía las actividades del edificio sufriendo las burlas de su banda, que no se cree que haya sido atacado por objetos volantes. Por su parte, Marisa vive convencida de que su novio volverá para ocuparse de ella y su futuro hijo; Harry no habla desde hace años; y Mason se muestra preocupado por los acontecimientos. Los vecinos pronto descubren que los dos robots son macho y hembra, y que esta se ha quedado embarazada.
Esa misma noche, los robots dan a luz a robots gemelos. Al poco rato, la hembra da luz a otro robot más, el cual nace muerto, tras lo cual Harry habla por primera vez. Faye lo entierra en una jardinera al día siguiente, pero Harry decide desenterrarlo, y lo lleva a su apartamento, donde comienza a intentar revivirlo. Por su parte, Frank vuelve a abrir su cafetería con ayuda de los robots. Faye pone nombres a los dos robots, Flotsam y Jetsam.
Carlos intenta demostrar la existencia de seres ocultos en el edificio, pero su jefe Lacey, el director de desarrollo, no le cree. Mientras tanto, Harry logra revivir al tercer pequeño robot accidentalmente. Mason descubre que Marisa tiene muchos de los cuadros que descartó, y comienza a preocuparse por el bienestar de la joven, y su futuro bebe. Sin embargo, cuando los sentimientos de Mason hacia Marisa comienzan a ser más profundos, Hector escoge regresar para disgusto del artista. Los robots comienzan a enseñar a Flotsam y Jetsam a volar, mientras Harry hace lo mismo con el pequeño, dejando que el resto de los vecinos descubran que lo ha revivido.
Mason descubre que Hector ha vuelto a marcharse, y Marisa ha aceptado que dicha relación nunca irá a ningún lugar, por lo que Mason y Marisa inician una relación. Desesperado al ver que Lacey ha decidido dejar de contar con él para desalojar el edificio, Carlos intenta actuar por su cuenta. Carlos se cuela en el edificio por la noche, saboteando las cañerías y la electricidad. Cuando los robots intentan reparar el desperfecto, Carlos los descubre por fin, y le propina un hachazo al macho, dejándolo seriamente dañado. Mason y Frank se enfrentan a Carlos, y con ayuda de Harry, quien se enfunda sus guantes de boxeo, le golpea y expulsa del edificio. La demente Faye, quien siempre ha confundido a Carlos con su hijo Bobby, sufre un declive mental, negándose a aceptar el hecho de que su hijo murió, y culpando a Frank por su ausencia.
Tras el ataque, Harry descubre que los tres pequeños robots han desaparecido. Mientras la hembra robot intenta reparar a su pareja, los inquilinos inician la búsqueda de los pequeños. Harry logra localizarlos, llamándolos con un silbato y un altavoz. Mientras tanto, la hembra robot logra terminar las reparaciones de su pareja, y los dos parten a buscar a sus hijos.
La pareja de robots los localiza, y cansados de los ataques sufridos, deciden abandonar el planeta. Mientras tanto, otro agente de Lacey prepara una explosión en el edificio, asegurándole a Carlos que no hay nadie dentro. Cuando Carlos se percata de que Faye se encuentra en el anterior, se enfrenta al matón de Lacey, y acude a rescatar a Faye. Lamentablemente, Faye se percata de que Carlos no es Bobby, encerrándose en una habitación. Carlos intenta detener la explosión, pero fracasa, y un incendio se desata por todo el edificio. Carlos consigue sacar a Faye del edificio en llamas, y los inquilinos llegan al lugar para observar el incendio, y ver como a Faye se la lleva una ambulancia.
Al día siguiente, el edificio ha sido reducido a escombros. El equipo de demolición llega para descubrir a Harry sentando en las escaleras, y negándose a moverse. Esa noche, la familia de robots regresa, acompañada de todo un batallón de robots, a los que han reclutado para reconstruir el edificio. En el hospital, Carlos visita a los Riley, pero Faye ya ha logrado aceptar la muerte de su hijo. Todos los inquilinos son llevados al edificio, donde junto a una multitud lo descubren reconstruido. Debido a esto, Lacey se ve obligado a abandonar su plan de demolición, y despide a sus matones. Tras esto, Mason y Marisa comienzan una relación, Carlos se hace amigo de los Riley, y los robots abandonan el planeta una vez más. El final de la película revela que los planes de levantar el barrio  con rascacielos, por parte de Lacey, le han obligado a respetar el reconstruido edificio
  
ESCENA
Me encanta la escena en la que nacen los pequeños robots. Lamentablemente, solo la he encontrado en inglés, y con audio e imagen desfasados.

3 comentarios:

  1. Acabo de ver esta película y la verdad que me ha encantado, los robots son muy graciosos y adorables, la interpretación de Jessica Tandy es estupenda como en todas las película que he visto de ella aunque su personaje me da mucha pena, me gusta también la relación de Mason y Marisa, una curiosidad que encuentro es que 2 de los nombres de los bebes robots Flotsam y Jetsam se llaman igual que las 2 morenas de Úrsula de la película de Disney la sirenita, el final también me ha gustado como los robots restauran el edificio para que los inquilinos no tengan que irse.

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  2. divertida y entretenida, es original que un grupo de extraterrestres, ayude a los vecinos de un bloque de apartamentos. una pequeña parte de la humanidad y no toda. a cambio de poder recargarse les ayudan a no perder su hogar.

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  3. To también la recuerdo con cariño de cuando la vi como adolescente, es de las que me dejaron una grata e indeleble impresión.

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