18 de Diciembre de 1987
TÍTULO ORIGINAL
Batteries Not Included
DIRECCIÓN
Matthew Robbins
PRODUCCIÓN
Ronald L. Schwary
Ronald L. Schwary
GUION
Mick Garris, Brad Bird, Matthew Robbins, Brent Maddock, S.S. Wilson
Mick Garris, Brad Bird, Matthew Robbins, Brent Maddock, S.S. Wilson
REPARTO
Hume Cronyn (Frank Riley),
Jessica Tandy (Faye Riley), Frank McRae (Harry Noble), Elizabeth Peña (Marisa
Esteval), Michael Carmine (Carlos), Dennis Boutsikaris (Mason Baylor), Tom
Aldredge (Sid Hogenson), Jane Hoffman (Muriel Hogenson), John DiSanti (Gus),
John Pankow (Kovacs), MacIntyre Dixon (DeWitt), Michael Greene (Lacey), Doris
Belack (Señora Thompson), Wendy Schaal (Pamela), Ronald L. Schwary (Louie),
Susan Shoffner (Recepcionista), Alice Beardsley (Enfermera), Dick Martinsen
(Bombero), Charles Raymond (Hector), John Arceri (Chofer)
CINEMATOGRAFÍA
John McPherson
BANDA SONORA
James Horner
DISTRIBUCIÓN
Universal Pictures
Universal Pictures
DURACIÓN
106 minutos
106 minutos
FRANK RILEY: “¿Cómo va?”
MARISA ESTEVAL: “Ya ha acabado.”
FAYE RILEY: “Ya soy abuela.”
FRANK RILEY: “Son gemelos. Esto
merece un cigarro. ¿Tiene un cigarro?”
MASON BAYLOR: “¿Un cigarro? Esto
es historia. ¿Se dan cuenta de lo que es esto? Máquinas que se reproducen a sí
mismas, chatarra con inteligencia, metales vivientes.”
FRANK RILEY: “Yo, no sé cómo
habéis llegado aquí, o por qué nos habéis elegido. Pero os juramos obediencia,
para honraros y protegeros en la salud y en la enfermedad, haga frío o calor,
en los buenos y en los malos tiempos, con la ayuda de Dios.”
Originalmente, la idea era que la historia apareciera en
la serie de televisión “Cuentos Asombrosos”, pero a Steven Spielberg le gustó
tanto la idea, que decidió convertirla en un estreno cinematográfico.
Muchos de
los estrenos extranjeros, incluyendo, en Suecia, Finlandia, Francia, Alemania,
Italia, Portugal, y países latino americanos, optaron por el título de “Milagro
en la Calle Número 8”.
El rodaje comenzó en Nueva York, en agosto de 1986, pero
la búsqueda de localizaciones había comenzado casi un año atrás. Debido a que
la historia requería una zona rodeada de edificios en ruinas, los productores
tuvieron que encontrar un edificio en pie, en medio de varios derruidos. El
productor Ronald Schwary explicó que al final optaron por un edificio en la
octava calle, entre las Avenidas “C” y “D” del Lower East Side de Nueva York. En
la actualidad, el edificio escogido ya no existe, y en su lugar se encuentra la
subestación de la agencia de alojamiento, o por lo menos aproximadamente.
El diseñador de producción, Ted Haworth, desarrolló una
fachada de edificios de apartamentos de cuatro pisos, y monitoreó su
construcción en una localización que ocupaba toda una manzana. Para conseguir
autenticidad, trajo entre cincuenta y sesenta camiones llenos de escombros,
para cubrir la manzana vacante.
El resultado fue tan realista, que el Departamento
de Sanidad apareció y se llevó parte de la basura de atrezo durante una mañana,
clientes potenciales pasaron para comer en la cafetería, y agentes de negocios
de fontaneros de Nueva York visitaron a lugar, exigiendo saber porque en el
City Hall no constaba ningún permiso de construcción.
La escena final, ante de los créditos finales, contiene
una visión del progreso de construcción que tiene ligar alrededor de la
Cafetería Riley, sin que esta se viera afectada por el surgir de altos
rascacielos, de uno en uno, alrededor del pequeño edificio. Los nuevos
edificios utilizados en la toma alrededor del café son del “World Trade
Center”, aunque ya existían en 1987, año en el que se supone que transcurre la
acción. El tráfico de la calle y la gente moviéndose que se puede ver en un
pequeño puente, indican una toma rodada en el área del “Trade Center”, pero los
rascacielos negros fueron duplicados ópticamente para que ejercieran como contraste
contra la pequeña cafetería.
Lo que parece ser el Edificio de Acero de Estados
Unidos en One Liberty Plaza, parece ser el primero en aparecer en la toma
final. Aunque la escena no contiene una localización verdadera, parece reflejar
el Trinity Place, enfocado al norte del Zuccotti Park (actualmente “Liberty
Plaza Park”) y el Edificio de Acero en la parte inferior de la derecha.
Los robots fueron creados por la compañía “Industrial
Light & Magic”. Curiosamente, en la versión en castellano, los robots
carecen de nombre alguno. En la versión original, fueron denominados “Fix-Its”,
algo así como “arreglalotodos”. Aunque el origen de los robots no es explicado
en la película, comparten algunas de las características de las Sondas von
Neumann. Parecen independientes de control exterior, y tienen la habilidad de
asimilar pedazos de metal de diferentes fuentes para replicarse y
autorepararse. Al principio de la película, el personaje de Frank insiste que
las naves proceden de un planeta muy pequeño.
Las maquinas muestran reacciones
emocionales en ocasiones. Cuando Mason inspecciona a uno de los robots con una
lupa, puede ver lo que parecen pequeñas formas de vida moviéndose en su
interior. Dos diferentes escenas muestran como los robots bebés son arrojados a
una sopa y a agua respectivamente, sin que sufran ningún daño aparente. Una explicación
de esto se basa en el concepto de que como naves espaciales conscientes, están
protegidas para el duro ambiente del espacio, como el vacío, la radiación, y
otros factores. Los nombres de los tres bebés son Wheems, Jetsam y Flotsam. Los
dos adultos, aunque no son nombrados durante la película, se llaman Kilowatt y
Carmen.
Aunque parece perder mucho con la edad, disfruté mucho de esta
película cuando la vi como adolescente.
Evidentemente, los robots están muy
bien hechos, y resultaban divertidos de ver en distintas situaciones. Sin
embargo, como siempre, Jessica Tandy consiguió conmoverme como una dulce mujer
anciana, que sufre de demencia senil, y que a lo largo de la película se ve
obligada a enfrentarse a la pérdida de su hijo. No sé qué tenía esta brillante
actriz, que siempre lograba sorprenderme incluso en historias bastante simples
como la de esta película. La evolución de su relación con el matón Carlos, al
que inicialmente confunde con su hijo fallecido, me pareció de lo más
conmovedora.
Por otro lado, hubo otro aspecto que me encantó en la película.
Los personajes que residen en el edificio que corre riesgo de ser derruido son
radicalmente diferentes entre sí. Tenemos un artista, una chica soltera
embarazada, un antiguo boxeador y una pareja de ancianos. No parecen tener nada
en común, sin embargo acaban por formar un pintoresco grupo que acaba muy unido
para enfrentarse a las dificultades.
Ese es un mensaje inmortal, y que siempre
me ha gustado ver en cualquier tipo de película. Las dificultades unen a gente que resulta remarcablemente dispar.
Las respuestas emocionales las tenemos en las relaciones que
surgen, como es el caso de Mason y Marisa; y la que Harry establece con los
pequeños robots. Es cierto que la relación entre Mason y Marisa podría haber
sido desarrollada de mejor forma, y que no queda muy claro que ha pasado con
Hector, el padre del futuro hijo de Marisa. El personaje del antiguo boxeador
sorprende mostrando una fragilidad inusual y capacidad emocional, logrando
surgir de su especie de “autismo” gracias a la aparición de los robots.
Como conclusión, a pesar de la simpleza de la película, esta logra
funcionar a la perfección combinando mucha comedia, con drama escaso, y algo de
ciencia ficción. Siempre es fácil identificarse con personajes emocionales que
se ven oprimidos por el poder del dinero.
Es por eso que el secreto de la
película no solo el de buenos efectos especiales para la época y buenas dosis
de humor, sino por su capacidad de enternecer.
HISTORIA (esta sección contiene detalles de la trama y el
argumento)
Frank y Faye Riley son una pareja de ancianos que llevan un
edificio de apartamentos y una cafetería en el derruido barrio de East Village,
que se ven amenazados por una promotora cercana. El director de desarrollo
envía a un matón llamado Carlos, y a su banda, para chantajear a la pareja y
sus inquilinos para que se muden, ofreciéndoles dinero. Ante la negativa, los
matones atraviesan la puerta del artista Mason Baylor, intimidan a la madre
soltera embarazada Marisa Esteval, y rompen varios trofeos del boxeador
retirado Harry Knoble. Frank Riley sigue negándose a mudarse, por lo que Carlos
destroza su cafetería. Aunque Frank intenta denunciar los hechos a la policía,
obtiene una negativa, asegurando que no hay nada que hacer, y que el barrio ya está
acabado.
Ante los ataques, y la continuada demencia senil de Faye, Frank
comienza a contemplar la idea de rendirse. Por su parte, Mason intenta que el
edificio sea considerado de interés histórico, pero también fracasa, y su novia
le abandona harta de las presiones.
Esa misma noche, un par de pequeñas máquinas vivientes volantes
descienden sobre el apartamento de Frank Riley, y comienzan a reparar muchos de
los objetos que habían sido destruidos por la banda de Carlos. Los dos robots
se instalan en el cobertizo del edificio, donde la demente Faye es la primera
en descubrirlos. A la mañana siguiente, los inquilinos se percatan de los
destrozos que han sido reparados. Los inquilinos se reúnen en el cobertizo,
donde ven varios objetos, y a Faye arrojando chatarra con el propósito de
alimentar a los robots. Los vecinos piensan que Faye ha entrado en sus
edificios para realizar recambios y reparaciones inexplicables. Sin embargo,
pronto descubren la existencia de los robots, quienes prueban su capacidad de
reparar objetos con el reloj de Frank.
Mientras los residentes intentan descubrir el origen de los
robots, Carlos regresa por el edificio para descubrir que todos los destrozos
que había provocado, han sido reparados. Carlos vuelve a amenazar a los
residentes del edificio, y resulta atacado por los dos robots, ocultos en
distintos objetos que le golpean, obligándole a escapar despavorido del
edificio. Los inquilinos descubren que los robots han usado algunos de sus
electrodomésticos para realizar mejoras sobre sus estructuras. La siguiente
noche, descubren como los robots realizan una especie de cortejo, tras lo cual
les entregan extensiones de electricidad para que se alimenten.
Carlos espía las actividades del edificio sufriendo las burlas de
su banda, que no se cree que haya sido atacado por objetos volantes. Por su
parte, Marisa vive convencida de que su novio volverá para ocuparse de ella y
su futuro hijo; Harry no habla desde hace años; y Mason se muestra preocupado
por los acontecimientos. Los vecinos pronto descubren que los dos robots son
macho y hembra, y que esta se ha quedado embarazada.
Esa misma noche, los
robots dan a luz a robots gemelos. Al poco rato, la hembra da luz a otro robot
más, el cual nace muerto, tras lo cual Harry habla por primera vez. Faye lo
entierra en una jardinera al día siguiente, pero Harry decide desenterrarlo, y
lo lleva a su apartamento, donde comienza a intentar revivirlo. Por su parte,
Frank vuelve a abrir su cafetería con ayuda de los robots. Faye pone nombres a
los dos robots, Flotsam y Jetsam.
Carlos intenta demostrar la existencia de seres ocultos en el
edificio, pero su jefe Lacey, el director de desarrollo, no le cree. Mientras
tanto, Harry logra revivir al tercer pequeño robot accidentalmente. Mason
descubre que Marisa tiene muchos de los cuadros que descartó, y comienza a
preocuparse por el bienestar de la joven, y su futuro bebe. Sin embargo, cuando
los sentimientos de Mason hacia Marisa comienzan a ser más profundos, Hector
escoge regresar para disgusto del artista. Los robots comienzan a enseñar a
Flotsam y Jetsam a volar, mientras Harry hace lo mismo con el pequeño, dejando
que el resto de los vecinos descubran que lo ha revivido.
Mason descubre que Hector ha vuelto a marcharse, y Marisa ha
aceptado que dicha relación nunca irá a ningún lugar, por lo que Mason y Marisa
inician una relación. Desesperado al ver que Lacey ha decidido dejar de contar
con él para desalojar el edificio, Carlos intenta actuar por su cuenta. Carlos
se cuela en el edificio por la noche, saboteando las cañerías y la
electricidad. Cuando los robots intentan reparar el desperfecto, Carlos los
descubre por fin, y le propina un hachazo al macho, dejándolo seriamente
dañado. Mason y Frank se enfrentan a Carlos, y con ayuda de Harry, quien se
enfunda sus guantes de boxeo, le golpea y expulsa del edificio. La demente
Faye, quien siempre ha confundido a Carlos con su hijo Bobby, sufre un declive
mental, negándose a aceptar el hecho de que su hijo murió, y culpando a Frank
por su ausencia.
Tras el ataque, Harry descubre que los tres pequeños robots han
desaparecido. Mientras la hembra robot intenta reparar a su pareja, los
inquilinos inician la búsqueda de los pequeños. Harry logra localizarlos,
llamándolos con un silbato y un altavoz. Mientras tanto, la hembra robot logra
terminar las reparaciones de su pareja, y los dos parten a buscar a sus hijos.
La
pareja de robots los localiza, y cansados de los ataques sufridos, deciden
abandonar el planeta. Mientras tanto, otro agente de Lacey prepara una
explosión en el edificio, asegurándole a Carlos que no hay nadie dentro. Cuando
Carlos se percata de que Faye se encuentra en el anterior, se enfrenta al matón
de Lacey, y acude a rescatar a Faye. Lamentablemente, Faye se percata de que
Carlos no es Bobby, encerrándose en una habitación. Carlos intenta detener la
explosión, pero fracasa, y un incendio se desata por todo el edificio. Carlos
consigue sacar a Faye del edificio en llamas, y los inquilinos llegan al lugar
para observar el incendio, y ver como a Faye se la lleva una ambulancia.
Al día siguiente, el edificio ha sido reducido a escombros. El
equipo de demolición llega para descubrir a Harry sentando en las escaleras, y
negándose a moverse. Esa noche, la familia de robots regresa, acompañada de
todo un batallón de robots, a los que han reclutado para reconstruir el
edificio. En el hospital, Carlos visita a los Riley, pero Faye ya ha logrado
aceptar la muerte de su hijo. Todos los inquilinos son llevados al edificio,
donde junto a una multitud lo descubren reconstruido. Debido a esto, Lacey se
ve obligado a abandonar su plan de demolición, y despide a sus matones. Tras
esto, Mason y Marisa comienzan una relación, Carlos se hace amigo de los Riley,
y los robots abandonan el planeta una vez más. El final de la película revela
que los planes de levantar el barrio con
rascacielos, por parte de Lacey, le han obligado a respetar el reconstruido
edificio
ESCENA
Me encanta la escena en la que nacen los pequeños robots.
Lamentablemente, solo la he encontrado en inglés, y con audio e imagen
desfasados.
Acabo de ver esta película y la verdad que me ha encantado, los robots son muy graciosos y adorables, la interpretación de Jessica Tandy es estupenda como en todas las película que he visto de ella aunque su personaje me da mucha pena, me gusta también la relación de Mason y Marisa, una curiosidad que encuentro es que 2 de los nombres de los bebes robots Flotsam y Jetsam se llaman igual que las 2 morenas de Úrsula de la película de Disney la sirenita, el final también me ha gustado como los robots restauran el edificio para que los inquilinos no tengan que irse.
ResponderEliminardivertida y entretenida, es original que un grupo de extraterrestres, ayude a los vecinos de un bloque de apartamentos. una pequeña parte de la humanidad y no toda. a cambio de poder recargarse les ayudan a no perder su hogar.
ResponderEliminarTo también la recuerdo con cariño de cuando la vi como adolescente, es de las que me dejaron una grata e indeleble impresión.
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