FECHA DE ESTRENO
7 de Octubre de 1960
TÍTULO ORIGINAL
Spartacus
DIRECCIÓN
Stanley Kubrick
PRODUCCIÓN
Edward Lewis, Kirk Douglas
GUION
Dalton Trumbo
Dalton Trumbo
Basado en la novela de Howard
Fast
REPARTO
Kirk Douglas (Espartaco),
Laurence Olivier (Craso), Jean Simmons (Varinia), Charles Laughton (Graco),
Peter Ustinov (Batiato), Tony Curtis (Antonino), John Gavin (Julio César), John
Dall (Glabro), Nina Foch (Helena Glabro), John Ireland (Crixo), Herbert Lom
(Tigrano), Charles McGraw (Marcelo), Joanna Barnes (Claudia), Harold J. Stone
(David), Woody Strode (Draba), Robert J. Wilke (Capitán de la guardia), Nick
Dennis (Dionisio), Paul Lambert (Gánico), Frederick Worlock (Lelio), Peter
Brocco (Ramón)
CINEMATOGRAFÍA
Russell Metty
BANDA SONORA
Alex North
DISTRIBUCIÓN
Universal Pictures
Universal Pictures
DURACIÓN
184 minutos
184 minutos
TIGRANO: “Si mirando una mágica
bola de cristal, vieras a tu ejército destruido y a ti mismo muerto. Si vieras
tan claro ese futuro, como creo que ya lo estás viendo, ¿continuarías
luchando?”
ESPARTACO: “Sí.”
TIGRANO: “¿Aun sabiendo que
perderéis?”
ESPARTACO: “¿Qué importa eso?
Todo hombre pierde cuando muere, pero un hombre libre y un esclavo no pierden
lo mismo.”
TIGRANO: “Ambos la vida.”
ESPARTACO: “El libre pierde el
placer de vivir, el esclavo el sufrimiento. La muerte es la única liberación
para el esclavo. Por eso no la teme. Por eso, venceremos.”
El proyecto de esta película se inició parcialmente
debido a que Kirk Douglas no había conseguido hacerse con el papel protagonista
de la película “Ben-Hur” de William Wyler.
Douglas había trabajado con Wyler en
la película “Brigada 51” del año 1951, y se sintió defraudado cuando Wyler optó
por darle el papel de Ben-Hur a Charlton Heston. Poco después, Edward Lewis,
vicepresidente en la compañía cinematográfica de Douglas “Bryna Productions”,
hizo que el actor leyera la novela “Espartaco” de Howard Fast. La novela tenía
una temática parcialmente similar a la de “Ben-Hur”. Esto se debía a que
trataba sobre un individuo que retaba al poder del Imperio Romano. Douglas
quedó tan impresionado con la historia que decidió hacerse con los derechos de
la novela mediante sus propios recursos financieros. Con el paso del tiempo,
“Universal Studios” accedió a financiar la película. Esto fue gracias a que
Kirk Douglas había convencido a Laurence Olivier, Charles Laughton y Peter
Ustinov para que aparecieran en la misma. Edward Lewis se convirtió en el productor de
la película, mientras que Douglas se acreditó como productor ejecutivo. Tras la
experiencia, Lewis continuaría produciendo películas para Douglas.
Al mismo tiempo, Yul Brynner estaba planeando realizar su
propia película sobre Espartaco para “United Artists”. El agente de Douglas,
Lew Wasserman le sugirió que intentara que la película fuera producida por
“Universal Studios”. El guion de Dalton Trumbo fue finalizado en solo dos
semanas, por lo que Douglas y la “Universal” ganaron la carrera por la
realización de la película. Inicialmente, se contrató al propio Howard Fast
para que se encargara de adaptar su propia novela para crear un guion. Sin
embargo, Fast se vio en serias dificultades a la hora de trabajar con el
formato de un guion cinematográfico. Debido a esto, fue reemplazado por Dalton
Trumbo, quien curiosamente había caído en la lista negra de Hollywood de la
época. Para evitar problemas, utilizó el seudónimo de Sam Jackson. Kirk Douglas
insistió en que Trumbo fuera acreditado en pantalla por su trabajo, un hecho
que ayudaría a acabar con la mencionada lista negra. Trumbo había sido enviado
a prisión por obstruir el trabajo del Congreso en el año 1950. Tras esta
experiencia, pasó años escribiendo guiones mediante el uso de falsas
identidades.
El hecho de que Douglas intercediera por él fue alabado como un
acto de valor.
David Lean rechazó la oferta de dirigir la película, por
lo que se optó por contar con Anthony Mann, quien entonces era conocido por sus
películas del oeste. Sin embargo, tras una sola semana de rodaje, Kirk Douglas
decidió despedirle. Dicho despido todavía es parcialmente un misterio a día de hoy.
Douglas declaró que parecía asustado ante la magnitud de la película, sin
embargo Mann se embarcaría un año más tarde en otra película épica “El Cid”.
Por otro lado, Anthony Man rodó la escena inicial, que curiosamente marcó el
estilo de toda la película. Tras el despido, se contrató a Stanley Kubrick,
quien tenía treinta años de edad, para dirigir la película. Ya había dirigido
cuatro películas, entre las que se encontraba “Senderos de Gloria”, donde Kirk
Douglas también era el protagonista. Sin embargo, “Espartaco” era un proyecto
mucho mayor con un presupuesto de doce millones de dólares, que serían
equivalentes a noventa y siete millones de hoy en día.
También contaba con
reparto de diez mil quinientas personas, lo que suponía todo un reto para un joven
director. “Senderos de Gloria” solo había contado con un presupuesto de poco
más de novecientos mil dólares.
La película fue rodada usando el formato Technirama de 35
mm, que luego fueron aumentados a 70 mm. Esto supuso todo un cambio para
Kubrick, que prefería utilizar el formato esférico estándar. El cinematógrafo
Russell Metty se quejó acerca de las instrucciones detalladas y precisas, por
otro lado inusuales, por parte del director. A pesar de esto, Metty permaneció
con el equipo de rodaje y llegaría a conseguir el Oscar a la Mejor
Cinematografía en una película de color. Para Kubrick, rodar en localizaciones
reales supuso toda una distracción, prefiriendo rodar en estudios. Consideraba
que los actores se beneficiaban y concentraban mejor en un espacio más
reducido. Para crear la ilusión de grandes cantidades de personajes, esenciales
en la trama de la película, se utilizó un equipo de sonido dotado de tres
canales para rodar a setenta y seis mil espectadores en un estadio de football,
gritando “Salve Craso” y “Yo Soy Espartaco”.
La película estuvo plagada de visiones conflictivas de
Kubrick y Trumbo. Kubrick se quejaba de que el personaje de Espartaco carecía
de defectos o excentricidades, y poco a poco se fue distanciando de la historia
limitándose a rodar. Sin embargo, y a pesar de los problemas de rodaje, el
éxito de crítica y taquilla de la película lograron establecer a Kubrick como
un gran director. La película ganó cuatro Oscars al Mejor Actor Secundario
(Peter Ustinov), Mejor Dirección Artística en Color, Mejor Cinematografía en
Color, y Mejor Diseño de Vestuario. Recibió además dos nominaciones adicionales
a Mejor Montaje y Mejor Banda Sonora, pero perdió contra “El Apartamento” y
“Éxodo” respectivamente.
Otro clásico indiscutible de las denominadas películas del género
de “sandalia y espada”.
La verdad es que siempre me han encantado estos
clásicos, con una ambientación clásica y grandes cantidades de extras para
remarcar su grandiosidad. Realmente es una de esas películas que no entran
dentro de las consideradas como “romanas bíblicas”, ya que la acción transcurre
durante el último siglo antes del nacimiento de Jesucristo. En este caso, la
trama se centra de forma más clara en una declaración de principios, dirigida
en su ataque contra la esclavitud y el honor de recuperar la libertad a través
de la libertad.
La figura de Espartaco representa esa lucha por la libertad. Kirk
Douglas realiza una gran labor interpretativa, si bien siempre me ha parecido
que su físico no convence demasiado como el de un gladiador. Siempre me gustó
que en esta película se mostrara al personaje como un analfabeto, y su
dependencia de Antonino para equilibrar esta desventaja. Sin embargo, también
estoy de acuerdo de que el personaje se muestra como excesivamente perfecto a
nivel moral, lo cual no dudo que es una consecuencia de la época en la que se
desarrolla la acción.
Por supuesto, también debo elogiar a Peter Ustinov, quien
siempre ha sido uno de mis actores favoritos. Al mismo tiempo, la película combina
esa fuerte crítica contra la esclavitud con un examen muy acertado de la
corrupción política, que en este caso todavía está reflejada en la época de la
Republica. Analizando la acción, vemos el comienzo de un declive que
desembocará en el auge del Imperio Romano.
Siempre he echado de menos un fiel reflejo de los gladiadores en
la arena, algo de lo que la película carece, así como una muestra de la
corrupción moral de la época. De nuevo nos enfrentamos a la problemática de una
película de la época en la que fue rodada. Hay una escena que desafió a la
censura, el mítico momento en el que Craso intenta seducir a Antonino mientras
le da un baño. Al ver esa escena, no me extraña nada que en su momento fuera
censurada.
Independientemente de estos aspectos, me sigue pareciendo una
película excepcional, que siempre me ha mantenido enganchado durante sus tres
horas de duración.
HISTORIA (esta sección contiene detalles de la trama y el
argumento)
En el siglo antes del nacimiento de Cristo, la Republica Romana se
ha visto sumergida en la corrupción, y todo trabajo de baja categoría es
realizado por grandes cantidades de esclavos. Uno de estos esclavos es un
hombre llamado Espartaco, orgulloso e inteligente. Debido a su negativa a
cooperar en sus trabajos serviles, Espartaco es condenado a una vida de
gladiador. El esclavo es adquirido por un hombre de negocios llamado Batiato, y
comienza su entrenamiento en su escuela de gladiadores. En entrenador, un
esclavo llamado Marcelo, recibe las instrucciones de presionar a Espartaco al
máximo y quebrar su espíritu. Soportando todo el abuso, Espartaco desarrolla
una atracción hacia una esclava llamada Varinia, a quien se niega a violar
cuando le es entregada para su propio placer en su celda.
Batiato recibe la visita del Senador Marco Licinio Craso, un
conservador que aspira a convertirse en el dictador de Roma.
Como capricho
personal, Craso decide comprar a Varinia, y para el divertimento de sus
acompañantes convence a Batiato para que
Espartaco y otros tres gladiadores luchen en parejas. Cuando Espartaco es
desarmado por su oponente, el africano Draba, este decide perdonarle la vida
como símbolo de compasión, y procede a atacar a los romanos que observan la
lucha. Debido a esto, Craso y un guardia de la arena acaban con la vida de
Draba. Al día siguiente, Batiato parte para llevar a Varinia a la residencia de
Craso en Roma. Cuando Marcelo intenta burlarse del destino de la esclava,
Espartaco acaba con su vida, provocando un motín. Los gladiadores superan a sus
guardas y logran escapar a la campiña.
Los fugitivos escogen a Espartaco como su líder, y este decide
liderarles para atravesar la península y escapar del Imperio Romano. A medida
que avanzan, atacan varias ciudades romanas, logrando hacerse con varias
riquezas en el proceso. Gracias a esto, Espartaco realiza un trato con Tigrano,
un pirata de Cilicia.
Este accede a otorgarles varias naves para poder
trasladar a los esclavos fuera del Imperio. El ejército de Espartaco se va
incrementando a medida que más esclavos fugados, y otros liberados se van
uniendo a él. Una de las nuevas incorporaciones es la de Varinia, quien ha
logrado escapar mientras estaba siendo llevada ante Craso. Otro esclavo que se
une al ejército es Antonino, quien también ha escapado de Craso cuando este
intentaba seducirle. Espartaco se siente inadecuado para el liderazgo debido a
que no ha recibido educación alguna durante sus años de esclavitud. Sin
embargo, demuestra ser un líder excelente y organiza a todos sus seguidores en
una fuerte comunidad. Antonino equilibra su falta de educación, redactando y
leyendo comunicados para su líder, quien llega a considerarle como un hijo.
Espartaco y Varinia confirman su relación, contrayendo un matrimonio informal. Varinia
se queda embarazada de Espartaco.
Mientras tanto, el Senado Romano comienza a sentirse alarmado ante
la rebelión, ya que Espartaco logra derrotar a todos los ejércitos que envían
contra él.
El oponente populista de Craso, Graco, es consciente de que el
senador intentara utilizar la crisis como justificación para tomar el control
del ejército romano. Para intentar impedirlo, Graco canaliza tanto poder
militar como le es posible a las manos de su propio protegido, un joven senador
llamada Julio Cesar. Aunque Cesar carece del desprecio que Craso muestra hacia
las clases inferiores, confunde su aspecto rígido con el de un hombre noble. De
esta forma, cuando Graco revela que ha sobornado a los piratas de Cilicia para
transportar al ejército de Espartaco fuera de Italia y librar a Roma de la
amenaza, Cesar considera que esa táctica no es digna y acude a Craso.
Craso decide sobornar a los piratas por su cuenta para que
abandonen a Espartaco y, en secreto, hace que el ejército romano obligue a los
rebeldes a alejarse de las costas en dirección a Roma. El Senado comienza a
temer que Espartaco saquee la ciudad de Roma, por lo que decide otorgarle a
Craso poder absoluto.
Rodeado por tropas romanas, Espartaco convence a sus
hombres para que mueran luchando. Los esclavos comprenden que solo por
rebelarse y probar su humanidad, lograrán dar un golpe efectivo al concepto de
la esclavitud. Durante la batalla final, la mayoría de los esclavos son
masacrados por las fuerzas de Craso. Tras la derrota, Craso ofrece a los
esclavos la oportunidad de salvar sus vidas y volver a una vida de servidumbre,
si delatan al hombre llamado Espartaco. Todos los supervivientes responden
gritando: “Yo soy Espartaco”. Debido a esto, Craso ordena que todos sean
condenados a muerte, mediante crucifixión a lo largo de toda la Vía Apia.
Craso también localiza a Varinia, quien ya ha dado a luz al hijo
de Espartaco, y se los lleva como prisioneros personales. Se enfurece al ver
que Espartaco ha sido capaz de inspirar más amor y lealtad que él, e intenta
compensar este hecho haciendo que Varinia le ame tanto como al esclavo.
Cuando
Varinia le rechaza, Craso, sumido en la furia, logra localizar a Espartaco y
Antonino entre los prisioneros. Les obliga a luchar a muerte para él, y el
superviviente se unirá al resto de los esclavos para ser crucificado. Espartaco
acaba con la vida de Antonino para que no sufra la muerte lenta de la
crucifixión. Este incidente preocupa a Craso, ya que Espartaco tiene el
potencial de convertirse en un mártir de su casusa. También le preocupa Cesar, quien
teme que llegue a eclipsarle algún día.
Graco, al ver como Roma está cayendo en la tiranía, decide
suicidarse. Antes de hacerlo, soborna a su amigo Batiato para que rescate a
Varinia y su hijo, y que les ayude a escapar. De camino a la libertad, los tres
han de pasar por la Vía Apia, donde todos los rebeldes están sacrificados.
Entre lágrimas, Varinia localiza a Espartaco agonizante. Antes de marcharse, le
muestra al hijo que ambos tenido, declarando que es libre y que nunca olvidará
a su padre y lo que hizo.
ESCENA
Genial escena final en la que los esclavos capturados se niegan a
delatar a Espartaco, declarando que todos los son.
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