Don
Quijote de la Mancha
DIRECCIÓN
Cruz Delgado
CREADOR
Gustavo Alcalde
Basado en la obra de Miguel de
Cervantes Saavedra
PRODUCCIÓN
Cruz Delgado, José Romagosa
REPARTO (VOCES)
Fernando Fernán Gómez (Don
Quijote de la Mancha, Alonso Quijano), Antonio Ferrandis (Sancho Panza), Rafael
de Penagos (Miguel de Cervantes), Luis Varela (Bachiller), José Guardiola
(Vizcaíno), Manolo García (Caballero del Verde Gabán), Amelia Jara (Sobrina),
Teófilo Martínez (Cura), Eduardo Moreno (Maese Nicolás el Barbero), Gloria
Cámara (Dulcinea del Toboso, Aldonza Lorenzo), María Dolores Díaz (Dorotea)
FECHA DE ESTRENO Y FINAL
Desde 1979 a 1981
CANAL DE EMISIÓN
Televisión Española
COMPOSITOR DEL TEMA MUSICAL
Antonio Areta, Juan Pardo
NÚMERO DE EPISODIOS
39 episodios de veinticinco
minutos de duración aproximada cada uno
CURIOSIDADES
La idea de realizar una serie de
dibujos animados basada en “Don Quijote de la Mancha” partió de Cruz Delgado y
José Romagosa. Para dicho propósito, ambos decidieron fundar una empresa con
sus propios nombres, que permitiera la financiación de la serie.
La idea era
divulgar todavía más la obra de Cervantes, por lo que contrataron a dos
asesores literarios para que ayudaran a Gustavo Alcalde a crear la adaptación.
Dichos asesores fueron Guillermo Díaz-Plaja y Manuel Criado de Val.
El estudio de producción se creó
en la Plaza de las Salesas de Madrid. Se contrató a un centenar de dibujantes,
y se envió a Ángel Chicarro a estudiar los paisajes característicos de la
Mancha. Se crearon los primeros ocho capítulos sin problemas, pero estos
surgieron cuando la serie comenzó a emitirse, y cumplir los plazos se convirtió
en una tarea ardua debido a la cantidad de trabajo. Esto provocó que se
necesitara contratar ayuda extra. Debido a esto, se llegó a necesitar entre
trescientos cincuenta y cuatrocientos millones de pesetas por episodio. Esto fue posible gracias al
gran trabajo de Romagosa, encargado del merchandising durante la primera parte
de la serie. Sin embargo, muchos de los productos derivados de la serie dejaron
de producirse durante la segunda parte, y al no realizar nuevos contratos, la
serie tuvo que ser finalizada de forma apresurada.
Se prestó un cuidado especial a
la adaptación, realizando mayoritariamente citas directas de la obra, mezcladas
con guiños de humor dirigidos a los espectadores más jóvenes, como las
aventuras intercaladas del galgo y el cuervo en la primera parte, mientras
buscaban a Don Quijote. El doblaje contó con actores de primera orden, siendo
Fernando Fernán Gómez y Antonio Ferrandis los encargados de otorgar sus voces a
los personajes de Don Quijote y Sancho Panza.
Se crearon dos canciones para la
serie. Juan Pardo compuso la canción “Sancho-Quijote”, que fue interpretada por
el grupo Botones. Las primeras palabras de la obra fueron usadas por Juan Pardo
y Antonio Areta para componer la canción “En un Lugar de la Mancha”, que fue
interpretada por Lorenzo Valverde. La primera canción se convertiría en disco
de oro en el año 1980, gracias a su inmensa popularidad entre los más jóvenes.
La serie gozó de dos álbumes de
cromos, uno de ellos a través de los productos Danone, como era costumbre en la
época. Ediciones Bruguera lanzó una colección de fascículos al estilo
fotonovela de la primera parte. Heraclio Fournier se encargó de la creación de
la habitual baraja de cartas, también de la primera parte. También se crearon
figuras de plástico de los dos protagonistas que fueron muy populares. Sin
embargo, no se creó merchandising de la segunda parte.
NOTA PERSONAL
A pesar de una animación muy
inferior a la que estábamos acostumbrados durante la infancia de nuestra
generación, la serie tuvo una muy buena acogida entre niños y jóvenes.
Yo mismo
tenía solo seis años cuando la serie se estrenó, y recuerdo lo mucho que quedé
enganchado. De hecho estaba aprendiendo a leer y escribir, por lo que la serie
fue lo que despertó mi ferviente pasión en la obra de cervantes.
Fue tal la
afición que despertó en mí, que con aquellos seis años hice las colecciones de
cromos, y coleccioné los fascículos de la serie, que se convirtieron en mi
primera lectura.
Evidentemente la animación era
inferior comparada con la de las series producidas en Japón que habíamos visto.
Sin embargo, siempre me ha parecido que supuso todo un avance para la animación
nacional. Añadido a esto, el doblaje era excepcional, y el guion hacia
frecuente uso de citas directamente sacadas de la obra.
Esto era cuanto menos
curioso, pues con un ritmo más bien lento, y carente de acción trepidante,
lograba mantener la atención de los espectadores más pequeños, como servidor.
De todas formas debo reconocer que la segunda parte sufrió de una animación
menos elaborada, y de tomas repetidas hasta la saciedad, pero con diálogos
diferentes, debido a los evidentes problemas que fueron surgiendo.
Sin embargo, considero que estos
son males menores. Todavía al haber vuelto a ver la serie entera, me ha
parecido una remarcable adaptación, y ha logrado despertar en mí un evidente
sentimiento de nostalgia. Aunque la canción más conocida era la de
“Sancho-Quijote”, debo reconocer que siempre me había gustado más la de “En un
Lugar de la Mancha”, que contiene ese toque melancólico que siempre me afecta.
La verdad es que considerando la extensa literatura de calidad de la que
gozamos en España, siempre me ha extrañado que nadie intentara abordar el
proyecto de crear más series animadas basadas en estas.
HISTORIA (Resumen breve, debido a
la extensión de la serie)
En un lugar de la Mancha de cuyo
nombre no quiero acordarme… Alonso Quijano reside en compañía de su Sobrina y
un Ama, ocupando la mayor parte de su tiempo en devorar novelas de caballería.
Tal es su obsesión, que esta deriva en la demencia, decidido a embarcarse en
busca de aventuras como caballero andante. De esta forma, decide tomar el
nombre de Don Quijote de la Mancha, haciendo uso de la armadura de uno de sus
antepasados. A su famélico caballo le otorga el nombre de Rocinante, y bautiza
a la señora de sus sentimientos como Dulcinea del Toboso. Sin pensárselo dos
voces, abandona su aldea en busca de aventuras.
Su primer dilema surge al
percatarse de que no ha sido nombrado caballero. Confundiendo una posada con un
castillo, decide pasar allí la noche para ser nombrado caballero por el “señor
del castillo”. El dueño de la posada decide seguirle la corriente, y le permite
velar sus armas durante la noche junto al pozo. Al día siguiente, Don Quijote
es armado caballero. Partiendo en busca de aventuras, fracasa en su intento de
impedir que un padre pegue a su hijo, y que un grupo de viajeros juren lealtad
a Dulcinea, resultando apaleado por ello.
Es localizado por su vecino, Sancho,
quien le lleva de regreso a su aldea. El Ama y la Sobrina se reúnen con
el cura de la aldea, y el barbero Maese Nicolás. Para evitar que Alonso caiga
de nuevo en su locura, los cuatro prenden fuego a todos los libros de
caballería en el patio. Tras esto tapian la librería, explicándole que un
encantador se la llevó. A pesar de esto, Don Quijote parte de nuevo, y Sancho
Panza acepta acompañarle como su escudero. A cambio de sus servicios, Don
Quijote le promete que le entregará una ínsula.
En su primera aventura, Don
Quijote confunde molinos de viento con gigantes, acabando por estrellarse
contra los molinos. Tras esto se enfrenta a unos monjes y escolta de una dama,
a los que exige que acudan a rendir pleitesía a Dulcinea, tras luchar contra la
escolta. Tras un agradable encuentro con unos pastores, Don Quijote y Sancho
han de proteger a Rocinante de unos yangüeses, cuando este corteja a una de sus
yeguas. Agotados y malheridos, se
refugian en una venta.
En la venta se ven envueltos en
trifulcas, y preparan el Bálsamo de Fierabrás, que no le sienta nada bien a
Sancho. Al irse sin pagar, el dueño de la venta y sus hombres mantean a Sancho
como compensación. Sus viajes continúan, y Don Quijote se enfrenta a dos
rebaños de carneros que confunde con dos ejércitos, para acabar apedreado. Tras
esto, Don Quijote está a punto de atacar a un sequito funerario en plena noche,
pero se percata de su error a tiempo. Al encontrarse con un barbero, Don
Quijote confunde su bacía con el legendario yelmo de oro de Mambrino. Don
Quijote se lo arrebata al barbero, y se lo pone, poniendo su imagen bajo un
aspecto más cómico aun. Encontrándose con presos conducidos a galeras, Don
Quijote decide liberarles, solicitando que estos vayan a prestar respetos a
Dulcinea. Los presos se niegan, apedreando a Don Quijote y Sancho Panza, y
escapando después. Durante esa misma noche, uno de
los presos roba a Rucio, el asno de Sancho Panza, quien queda desolado.
Don
Quijote decide enviar a Sancho al Toboso, para transmitir un mensaje de amor a
su adorada. Es entonces cuando Sancho se percata de que se trata de Aldonza
Lorenzo. Sancho accede a llevar el mensaje, pero de camino se encuentra con el
Cura y Maese Nicolás. Estos ven la oportunidad de llevar a Alonso de regreso a
su aldea. Al encontrar a una joven llamada Dorotea en el camino, la convencen
para que se haga pasar por la princesa Micomicona. La joven accede, y convence
a Don Quijote para que la acompañe a acabar con un gigante que amenaza su
reino. Durante el camino de regreso, Sancho recupera a Rucio, y el grupo se
aloja en la venta donde mantearon a Sancho. En un ataque de locura, Don Quijote
lucha contra unos odres de vino que confunde con el gigante.
Más eventos tienen lugar en la
venta, donde llega un cautivo, soldado que participó en la Batalla de Lepanto,
y estuvo prisionero en Argel hasta que logró escapar.
También llega el
pretendiente de Dorotea, con quien se rencuentra en la venta. También llega el
dueño de la bacía, quien se enfrenta a Sancho, hasta que el cura solventa la
situación. Sin embargo, la llegada de Cuadrilleros de la Santa Hermandad supone
un problema, ya que buscan a Don Quijote para apresarle por liberar a los presos
que iban a galeras. Tras un enfrentamiento, el cura les convence para que les
ayuden a llevar a Don Quijote de regreso a su aldea.
La Santa Hermandad se hace pasar
por fantasmas del Encantador Freston, y convencen a Don Quijote de que ha sido
encantado. De esta forma, escoltan a Don Quijote encerrado en un carro dotado
de barrotes, acompañados por el Cura, Maese Nicolás y Sancho Perez. Durante el
camino, el peculiar grupo se despide de los miembros de la Santa Hermandad. En
un momento en que dejan salir a Don Quijote de su jaula, este envite contra una
procesión que lleva la imagen de una virgen, pero es noqueado. Finalmente, Don
Quijote regresa a su aldea, donde es recibido por su sobrina y el ama. Sancho
también se rencuentra con su familia.
Tras recuperarse de sus
aventuras, Don Quijote pronto vuelve a desear salir en busca de aventuras,
animado por el Bachiller Sansón Carrasco. Junto a Sancho Panza abandona de
nuevo la aldea para visitar primero a Dulcinea. Cuando Aldonza Lorenzo no le
reconoce, Don Quijote asume que un encantador ha transformado a su amada en una
campesina, y parte en busca de aventuras. De camino, Don Quijote se enfrena a
unos leones, cambiando su nombre por el de Caballero de los Leones.
El Cura, maese Nicolás y Sansón
Carrasco diseñan un plan para obligar a Don Quijote a regresar a la aldea. De
esta forma, Carrasco se hace pasar por el Caballero de la Luna para retar a Don
Quijote, al que espera derrotar haciéndole jurar que regresara a la aldea. Sin
embargo, Don Quijote logra derrotarle. Don Quijote y Sancho Panza conocen a
Diego, caballero del verde gabán, quien les invita a comer. Tras esto acuden a
las Bodas de Camacho.
Descubren como Quiteria y Basilio estaban enamorados,
pero la joven ha sido prometida al rico Camacho. Basilio le reta y finge estar
a punto de morir para casarse con Quiteria. Una vez casados, descubre el
engaño, ante el cual Camacho cede gracias a la interferencia de Don Quijote.
Continuando su viaje, Don Quijote
visita la Cueva de Montesinos, donde asegura haber pasado varios días visitando
al propio Montesinos en otra aparente dimensión, mientras solo ha permanecido
una hora en la cueva. De llegada a una venta, Don Quijote pierde
momentáneamente el juicio y ataca el retablo de Maese Pedro, en verdad uno de los
galeotes que liberó, hasta que se percata de su error y le compensa por sus
pérdidas. Al encontrar una barca, Don Quijote lo considera un barco encantando
y a bordo de este llega a un molino, que confunde con un castillo encantado. A
punto de morir ahogados, Don Quijote y Sancho Panza son rescatados por los
molineros.Siguiendo su viaje, Don Quijote y
Sancho son invitados por unos duques a pasar un tiempo con ellos. Los Duques
desean divertirse con sus peculiares invitados, rindiéndoles todos los honores
en su castillo, sometiéndoles a diferentes bromas para reírse de ellos.
Entre
las bromas, les hacen pasar por una accidentada cacería, hacen creer a Sancho
que debe azotarse para desencantar a Dulcinea, y les hacen cabalgar en un
caballo de madera, con fuegos artificiales, llamado Clavileño, para romper un
encantamiento.
Los Duques nombran a Sancho Panza
gobernador de la Ínsula Barataria, y este muestra dotes de justicia al
administrarla entre sus súbditos. Sin embargo, es sometido a constantes bromas,
como un médico que apenas le deja comer, y un falso ataque enemigo que le deja
magullado. Debido a esto, Sancho decide renunciar al gobierno de la Ínsula, y
parte en busca de Don Quijote, quien todavía es objeto de las burlas de los
Duques. Buscando a Don Quijote, Sancho cae en una grieta, pero es rescatado por
su amo. Al enterarse de que un tal Avellaneda narra historias falsas sobre
ellos, Don Quijote y Sancho cambian sus planes y se dirigen a Barcelona, donde
son huéspedes de Don Antonio Moreno, y tienen una breve aventura en galeras.
Sansón Carraco logra derrotar a
Don Quijote haciéndose pasar por el Caballero de la Blanca Luna. Tras su
victoria, Carrasco le hace jurar que abandonara las armas durante un año y
regresará a su aldea. Don Quijote decide convertirse en pastor, y así se lo
hace saber a Sancho, que está encantado con el plan. Sancho finaliza, o así se
lo hace ver a Don Quijote, su penitencia de los azotes. Sin embargo, Don
Quijote queda desmoralizado cuando al llegar al Toboso, Aldonza Lorenzo no le
reconoce. Al regresar de nuevo a su aldea, Don Quijote enferma, y al mismo
tiempo recobra el juicio. Antes de morir, se confiesa de sus locuras y hace
testamento. Desolados alrededor de su cama, Sancho Panza, la sobrina, el ama,
el cura, Maese Nicolás y Sansón Carrasco lloran la muerte de Alonso Quijano.
ESCENA
Como escena, he considerado que
lo mejor era dejar el clásico comienzo de la serie, que nos presenta al
protagonista.
me gusta solo que la que se muere me dio mucha pena y casi me pongo a llorar
ResponderEliminar